martes, 20 de octubre de 2015

Contacto!!!! clase virtual???

Hola...mis estimados alumnos: ya que las condiciones no se dan para encontrarnos de manera "normal" en el ámbito de clases áulicas. Propongo lo que dije en la última clase que nos vimos en vivo y en directo: vayan trabajando y enviando sus borradores por mail.
No me alcanzaría tampoco el tiempo de aula para hacer correcciones individuales a las presentaciones.
Este es mi mail... patolandia_03@hotmail.com
me pueden enviar el avance de la introducción que ya vimos cómo se escribe en el propio aula. Les leí un ejemplo y dejé copias en Ositos y en este Blog un apunte para seguir trabajando.
Espero sus devoluciones.
Deseo verlos tan pronto...como Uds a mí...je

Aquí va otro marco teórico para elegir una hipótesis....

CAPÍTULO 4. LAS ETAPAS DE LA INVESTIGACIÓN TÍPICA en Introducción a las Cs Sociales de Pablo Cazau. Bs. As. Marzo 2006 Tercera Edición
En el presente capítulo se presenta una primera vista panorámica de las etapas de una investigación  típica, y que habitualmente se cumplen en la mayoría de las investigaciones que podemos encontrar en las publicaciones científicas.
Así es que a continuación se explica brevemente cada etapa utilizando un ejemplo único: una investigación que indague acerca de las relaciones entre estado civil y estado de ánimo. Téngase presente que, dependiendo de cada investigación en particular, algunos de los pasos indicados pueden saltearse, cambiarse el orden, e incluso volver sobre alguno de los pasos anteriores.
1) Planteo del problema.- El problema se expresa mediante una pregunta, la cual deberá ser contestada en la investigación. Por ejemplo: “¿Existe alguna relación significativa entre estado civil y estado de ánimo?”.
Debe diferenciarse el problema del tema. El tema de la investigación es básicamente la variable dependiente. En nuestro ejemplo, cualquiera de ambas podría serlo: el estado civil puede depender del estado de ánimo (estoy triste por lo tanto me divorcio) o el estado de ánimo puede depender del estadoc ivil (estoy soltero y por lo tanto estoy alegre). En este paso, por tanto, deberemos decidir cuál será nuestra variable dependiente. Por ejemplo, elegimos estado de ánimo.
2) Revisión bibliográfica.- Su función básica es la de conocer qué soluciones dieron otros autores al mismo problema o problemas similares que pretendemos resolver en nuestra investigación.
Emprendemos aquí la ardua tarea de revisar todo las investigaciones realizadas concernientes a la relación entre estado de ánimo y estado civil, para lo cual deberemos recorrer bibliotecas, la red Internet, u otros métodos para conseguir datos.
 La idea es hacer una síntesis de todo lo encontrado utilizando solamente los abstracts de las investigaciones encontradas. Tal vez podríamos encontrarnos con que nuestra investigación ya fue realizada, pero ello no debe desilusionarnos: por lo general nuestra investigación partirá de muestras diferentes, utilizará otros instrumentos de medición, etc., lo cual la convierte en una investigación original que complementará la ya realizada. En todo caso, en nuestro informe final consignaremos en qué medida nuestra investigación coincide o no con los resultados de otras investigaciones, y qué razones podrían dar cuenta de las diferencias.
3) Planteo del marco teórico.- Las variables elegidas han de ser definidas dentro de un marco teórico. Por ejemplo, para definir ‘estado civil’ podemos tomar como referencia el Código Civil del país donde hacemos la investigación, mientras que para definir ‘estado de ánimo’ podremos tomar el DSM-IV. Otros ejemplos de marcos teóricos para otras variables pueden ser el psicoanálisis, el cognitivismo, la teoría de la gestalt, la teoría del aprendizaje de Skinner, etc. En suma, en este caso se sintetizarán los marcos teóricos utilizados, mientras que las definiciones teóricas de las variables se especifican en un paso ulterior.
4) Planteo de objetivos.- Supondremos que en nuestro ejemplo realizaremos una investigación de campo, experimental, descriptivo-explicativa y con datos principalmente primarios.
Suelen especificarse un objetivo general y objetivos específicos. En nuestro ejemplo, el objetivo general podría ser ‘probar si existe o no una relación significativa entre estado civil y estado de ánimo’, y algunas objetivos más específicos podrían ser ‘revisar las investigaciones recientes sobre el tema’, ‘discutir las diferencias encontradas con otras investigaciones sobre el mismo tema, o examinar la incidencia de las variables edad y nivel de instrucción en la muestra seleccionada.

5) Formulación de la hipótesis.- La hipótesis es nuestra respuesta tentativa al problema, y puede formularse en forma general y específica. La forma general sería “existe una relación significativa entre estado civil y estado de ánimo”. Un ejemplo de hipótesis más específica sería “las personas solteras tienden a sufrir estados depresivos”. En una hipótesis específica, pueden ‘especificarse’ varias cosas: el vínculo entre las variables (en vez de decir ‘existe una relación entre…” decimos “…es la causa de…”), alguna categoría de alguna variable (en vez de ‘estado civil’ decimos ‘casado’), o alguna dimensión o indicador de alguna variable (en vez de ‘estado de ánimo’ decimos ‘presentan desinterés por el mundo exterior’). Normalmente, la hipótesis que será verificada en la investigación es la hipótesis general. Hasta aquí por ahora. Este trabajo es para un tema de Ciencias Sociales, pero el método para la elaboración de un tema técnico puede adaptar su ejemplo.  Escribannnn!!!!!

viernes, 2 de octubre de 2015

Monografía!!! LEER!!!!!!

Alumnos: en el último encuentro de clases que tuvimos -allá por el 8/09  -pensamos entre todos en los posibles temas para hacer la monografía. En ese momento, el tiempo no era un factor importante. Ya, ahora que estamos comenzando Octubre, retomamos para dar un adelanto al pendiente que quedó de la última clase: elección de un tema, la búsqueda de fuentes y la delimitación de la hipótesis....Eso era tarea en aquel tiempo...Eso es imperioso que lo practiquen para el próximo martes 6/10...
También sugiero la lectura de este soporte escrito que les ayudará en los aspectos más importantes de la realización de este producto final...LA MONOGRAFIA...Nos volveremos a encontrar el martes si no hay otro inconveniente mediante....

En forma simplificada, el ACA puede definirse como el tratamiento, por escrito, de un tema único, bien delimitado y específico. En general, resulta de un trabajo, relativamente breve, en el que se profundiza el problema planteado, mediante una investigación bibliográfica.

I – Estructura
Sintéticamente, la estructura de la M consta de tres (3) partes, que obedecen a una necesidad lógica: la introducción, el desarrollo o demostración y la conclusión.
1º) La finalidad de la introducción es el planteo, en forma acotada, clara y simple, del tema (T) de la investigación, las circunstancias externas que motivaron su elección y los objetivos científicos que se persiguen.
Los objetivos se desprenden de las preguntas, parciales y general, que se pretenden responder mediante el trabajo.
A continuación, se explicita la hipótesis (H) del artículo. El autor explica los aspectos y factores que lo llevaron a su planteamiento y los relaciona con los objetivos generales de la investigación.
Se detalla, también, el corpus de textos, es decir, la unidad de análisis sobre la que se realizara la investigación.
El T supone establecer a qué campos disciplinares generales pertenece la problemática. Se incluye la exposición del interés en investigar ese T y del estado de la cuestión, descripción y síntesis de investigaciones y estudios ya realizados acerca del mismo T o de Ts. similares que pueden servir como fuente y base para el trabajo.
La H es un enunciado que expresa una posible respuesta a las preguntas de la investigación.
Por lo tanto, a partir de este punto, el trabajo consistirá en demostrar la validez de la H.

Es importante evitar los siguientes errores:
a- Las introducciones grandilocuentes, ambiciosas y demasiado extensas.
b- Las introducciones que remitan la cuestión, exclusivamente, a sus antecedentes y se demoren en su descripción y análisis.
c- Las introducciones “solución”, es decir, aquellas que adelantan los resultados de la investigación.

2º) El desarrollo (D) es el cuerpo de la M y, en esencia, la fundamentación lógica del trabajo de investigación.
Formulada ya la H, el autor hace un examen minucioso de los datos obtenidos en la bibliografía consultada, construye el marco teórico (MT) seleccionando los conceptos apropiados para el análisis y procede a la identificación y descripción de las categorías que le servirán para la investigación del corpus. Los conceptos y categorías provistos por el MT sirven como herramientas para “pensar” y analizar el problema de investigación.
En un segundo momento del D, se procede al análisis del corpus, mediante los conceptos y categorías definidos anteriormente, y, con los resultados obtenidos, se entra en la argumentación propiamente dicha, es decir, la elaboración de argumentos que respalden y fundamenten, científicamente, la validez de la H esgrimida.
El D es, sin lugar a dudas, la parte más extensa y creativa del trabajo de investigación.
3º) En la conclusión, se resume lo expuesto en el D, se lo relaciona con el T y la H, y se destacan los aspectos más importantes del trabajo: aquellos que permitan una apreciación global de los resultados obtenidos.
Concluir un trabajo consiste en unir las ideas desarrolladas y relacionar las diversas partes de la argumentación. En cierto sentido, es un regreso a la introducción.
Es importante tener en cuenta que, en esta parte final, no se debe agregar nueva información.

II – Referencias bibliográficas
Es el listado, ordenado alfabéticamente atendiendo al apellido de los autores, de la bibliografía citada en el artículo. En el campo de las ciencias humanas, ya en la última década, se han difundido, en forma internacional, las normas A.P.A (American Psichological Asociation).
Las modalidades de referenciación dependen de las características de los textos bibliográficos. Estos pueden ser libros, capítulos de libros, artículos periodísticos, textos on line, películas, canciones, programas televisivos, etc. En cada uno de estos casos, las formas de referenciación son diferentes.

Por ejemplo, un libro se referencia así:
Borges, J.L. (1960) El Hacedor, Buenos Aires: Sudamericana

Un capítulo de libro:
Borges, J.L. (1973) La casa de Asterión, en Ficciones, Buenos Aires: Emecé.

Un artículo periodístico:
Feinnman, J.P. (1996) A la muerte le va bien en Buenos Aires, en Clarín, 16 de octubre de 1996.

III – Anexos
Son apartados que se introducen de acuerdo a las necesidades del investigador. En ellos, se incluyen, especialmente, el corpus de textos y todo tipo de información que el autor considere pertinente para la formación de las competencias culturales de sus lectores.
Los anexos se van enumerando con números romanos, y se incluyen tantos como se crea necesario.
IV –Aparato Crítico
Se denomina así al conjunto de citas, directas o textuales e indirectas, y notas que son incluidas en un trabajo de investigación para dar cuenta de los aportes bibliográficos, comentarios, aclaraciones o anécdotas que el investigador considera apropiados para la realización de su trabajo.

a- La cita puede ser directa o textual, o indirecta

La cita directa o textual es la transcripción, en forma literal, de un segmento de alguna obra. Si es menos a tres líneas, se incluye, identificada mediante comillas, en el discurso del autor (ejemplo 2). Si excede las tres líneas, se coloca en párrafo aparte, con una tipografía menor en uno o dos puntos, a la empleada en el discurso del autor, y con márgenes justificados en forma más estrecha (ejemplo 1).
La cita indirecta es la reformulación o paráfrasis de un segmento, una o varias páginas, un capítulo o unos o varios libros de un autor. Se incluye en el discurso del autor del ACA sin ningún tipo de marca más que la referencia.
En los dos casos, directa o indirectamente, la cita incluye la referencia a la obra citada. La referencia se coloca al final de la cita de la siguientes forma: entre paréntesis, el apellido del autor seguido de coma, el año de la edición con que se está trabajando seguido de dos puntos, y el número de página en que se halla la cita textual. La indirecta puede no incluir el número de página si se trata de la reformulación de una reflexión extensa o de un concepto desarrollado en un libro o varios. Lo explicado puede observarse en los ejemplos 1, 2 y 3.

b - La nota se emplea para la inclusión de comentarios, aclaraciones y/o anécdotas que el autor considera pertinentes pero que, de ser incluidos en el discurso central, destruirían el hilo discursivo-temático. Se trata de un segundo nivel en el que el autor se maneja con menos grado de formalismo y que enriquece las competencias culturales del lector (ejemplo 4).

V – Presentación
El trabajo se presentará digitalizado, en hojas tamaño A4, letra Times New Roman 12, márgenes 2 o 2,5, interlineado 1,5. Las hojas se imprimen solamente en las páginas impares.
Todas las hojas deben tener un encabezado que, en Times New Roman 10, contenga Apellido y Nombres del autor, debajo de esta línea, en cursiva, el título del trabajo sobre el margen izquierdo, y, sobre el margen derecho, el número de página. Finalmente, el encabezado se separará del texto mediante un borde inferior.
El trabajo se encabeza con una carátula en la que constarán los siguientes datos:
Nombre del establecimiento educativo, materia para la que se trabaja, título de fantasía, subtítulo explicativo, nombres y apellido del alumno, nombres y apellido del docente a cargo de la asignatura, correo electrónico del alumno.

martes, 11 de agosto de 2015

Ensayos para la lectura y el análisis

Alumnos: bienvenidos a esta segunda etapa del año...abordaremos en clases las cualidades de este género privilegiado por las letras de todos los tiempos...Mientras tanto...aquí van algunos modelos para la lectura...Nos vemos!!!!

El arte de narrar   por  Walter Benjamin*
Cada mañana se nos informa sobre las novedades del planeta. Y, sin embargo, somos pobres en historias singulares. ¿A qué se debe esto? Se debe a que ya no nos llega ningún acontecimiento que esté libre de datos explicativos. En otras palabras: ya casi nada de lo que sucede redunda en provecho de la narración, casi todo en provecho de la información. Porque si se puede reproducir una historia preservándola de explicaciones ya se logró la mitad del arte de narrar. Los antiguos eran maestros en este arte, Herodoto a la cabeza. En el capítulo catorce del tercer libro de sus Historias, está la historia de Samético. Cuando el rey egipcio Samético fue vencido y tomado prisionero por el rey de los persas Cambises, Cambises se empecinó en humillar al prisionero. Dio órdenes de hacer parar a Samético al costado de la calle en la que tendría lugar la entrada triunfal de los persas. Y además dispuso las cosas de tal forma que el prisionero pudiera ver pasar a su hija como sirvienta yendo a buscar agua a la fuente en una vasija. Mientras todos los egipcios se quejaban y se lamentaban ante este cuadro, Samético permanecía parado solo, inmóvil y sin pronunciar palabra, los ojos fijos en el suelo; y cuando al poco tiempo vio que su hijo era conducido junto con otros para ser ejecutado, siguió sin conmoverse. Pero cuando después reconoción a uno de sus criados, un viejo hombre empobrecido, en la hilera de los prisioneros, se golpeó la cabeza con los puños y dio señales del más profundo dolor.–En esta historia se ve lo que es un verdadero relato. El mérito de la información pasa en cuanto deja de ser nueva. Ella sólo se vive en ese momento. Debe entregarse a él y explicarse sin perder tiempo. Pero en el relato sucede otra cosa: él no se agota, sino que almacena la fuerza reunida en su interior y puede volver a desplegarla después de largo tiempo. Así Montaigne volvió al relato del rey egipcio y se preguntó: ¿Por qué el rey se queja recién al ver a su criado y no antes? Montaigne responde: “Como ya estaba lleno de dolor, bastó un mínimo incremento para que éste rebalsara”. Esa es una forma de entender esta historia. Pero ésta también admite otras explicaciones. Cualquiera puede trabar conocimiento con muchas de ellas, si plantea esta pregunta en el círculo de sus amigos.
Uno de mis amigos dijo, por ejemplo: “Al rey no lo conmueve el destino de lo monárquico; porque ése es el suyo.” Y otro: “En el escenario nos conmueven muchas cosas que no nos conmueven en la vida; este criado es sólo un actor para el rey.” Y un tercero: “El dolor intenso se acumula y sólo sale a la luz cuando la persona se distiende.
El reconocer al criado fue la distensión”: “Si esta historia hubiera sucedido hoy”, dijo un cuarto, “entonces en todos los diarios diría que Samético quiere más a su criado que a sus hijos.” De lo que no caben dudas es de que todos los periodistas la explicarían en un abrir y cerrar de ojos. Herodoto no la explica ni con una palabra. Su relato es el más seco. Por eso esta historia del antiguo Egipto puede provocar asombro y reflexión aún hoy, después de milenios. Se parece a las semillas que durante miles de años estuvieron herméticamente cerradas en las cámaras de las pirámides y conservaron su fuerza germinadora hasta el día de hoy.
              En Cuadros de un pensamiento, Buenos Aires, Imago Mundi, 1992
*Walter Benjamin fue un filósofo, crítico literario, crítico social, traductor, locutor de radio y ensayista alemán.Nació en Berlín en 1892 y falleció en España en 1940.



Lectores, espectadores e internautas Néstor García Canclini *
ESPECTADOR. Se aplica a quien asiste a un espectáculo público y lo «mira con atención», dice la Enciclopedia Salvat, en su edición de 2003. La palabra precedente, espectáculo, además de referirlo a función o diversión, «celebrada en un local o lugar en el que la gente se congrega para presenciarla», es definida como «Acción que causa extrañeza o escándalo. Se usa especialmente con el verbo dar”
Una etnografía que mire con atención lo que buscan los consumidores y lo que anuncian los diarios en su sección de espectáculos (o sea lo que se ve en televisión y en la vida privada de los artistas) registrará cuanto no sucede en locales donde la gente se congrega. Tampoco se limitan a esas páginas del periódico las acciones que causan extrañeza o escándalo: compiten las secciones de política y economía. Si la observación se aplica a las artes, dar sólo es uno de los verbos empleados al hablar de espectáculos, junto a participar, financiar y «colocar un producto en el mercado».
La propia etnografía, que se distinguió como la mirada más atenta a poblaciones diferentes y lejanas, ahora descalifica a los antropólogos que sólo observan. Auspicia la investigación-participante y la investigación-acción.
Se pensaba que la noción de espectador cambiaba según el objeto o espectáculo, y la distancia que tenía con los actores: de la platea al escenario en el clásico teatro a la italiana, de la tribuna a la cancha en los estadios, del sillón de la casa a la pantalla televisiva. Hoy, aun dentro de un mismo arte, deporte o medio de comunicación, el lugar del espectáculo es inestable. No están fijos los actores en la sociedad, ni las obras que sólo se contemplaban, ni la distancia entre unos y otras.
Se asemeja a lo ocurrido con la noción de espectador, lo que sucede con los lectores. Así como había una distancia correcta para ver los cuadros, un cierto silencio mientras duraba la obra teatral o la película, se enseñaba una lectura pausada, algo así como una contemplación del libro. Se creía saber qué eran un cuadro, una obra y un libro, y existían lugares, posiciones del cuerpo y espacios institucionalizados para mirarlos con atención. El recinto teatral o cinematográfico, el museo o la galería, la biblioteca o el sillón de la casa pretendían ser, cada una, escenas distintas y distantes de la vida real.
Ahora somos espectadores de lo que también ocurre en secciones del diario que no son la de espectáculos. Es habitual que al encender la televisión resulte difícil distinguir si lo que vemos es un telenoticias o un reality show.
Como ser espectador ya no es sólo asistir a espectáculos públicos o verlos en los medios, quedan rezagadas las críticas de Guy Debord y sucesores al capitalismo como «sociedad del espectáculo», porque movilizan imágenes en el consumo mediático para controlar el ocio de los trabajadores y ofrecerles satisfacciones que simularían compensar sus carencias. La televisión, el cine y la publicidad continúan cumpliendo esa tarea, pero limitada debido a la espectacularización generalizada de lo social. Los museos y los centros históricos son redefinidos como lugares de exhibición de su arquitectura o de las operaciones reestilizadoras que los vuelven atractivos, con indiferencia de lo que contienen o representan. Lo que antes se llamaba planificación urbana y se concebía con el fin de atender a las necesidades sociales, incluso de los constructores, fue sustituida por el marketing urbano que destina la ciudad al turismo, a captar inversiones y competir con otras, más que por sus bienes o su cultura, por las imágenes y las marcas. Se nos convoca a ser espectadores de nuestra propia ciudad, y de las otras aun antes de visitarlas o aunque nunca lo hagamos, accediendo virtualmente a sus simulacros en la web.
Debemos revisar las sospechas sobre la propagación de espectáculos como estrategia anestesiadora de los oprimidos. Para repensar la crítica hay que hacerse cargo de que la resistencia también se despliega en actos espectaculares.
Manifestaciones en las calles diseñadas para conseguir aparecer en los medios, protestas dramatizadas, cajeros de bancos y vitrinas de marcas transnacionales destrozados para hacer del espacio público una «pantalla pública» (Deluca y Peeples, 2002).
Así como en la espectacularización mediática insistente hay riesgos de banalización, su adopción repetida como política de resistencia puede volverse efímera e ineficaz. Pero como dice Timothy Gibson, el espectáculo ha llegado para quedarse y «debería formar parte de toda definición progresista de una calidad de vida urbana»
(Gibson, 2005)

 *Es un escritor, profesor, antropólogo y crítico cultural argentino. Desde 1976 reside en la ciudad de México


El velo no es el velo  por Mario Vargas Llosa *
La Generalitat, o gobierno autónomo de Cataluña, ha obligado a un colegio público de Gerona a admitir a Shaima, una niña marroquí de ocho años, que desde hacía una semana faltaba a clases porque las autoridades del plantel le habían prohibido el ingreso mientras llevara el hiyab o velo islámico. El director fundó la prohibición en el que pueda causar discriminación”. Por su parte, la Generalitat considera que “el derecho a la escolarización” debe prevalecer sobre las normas internas de los centros educativos.
A diferencia de lo que ocurre en países como Francia o el Reino Unido, donde hay leyes sobre el uso del velo islámico en las escuelas públicas, en España no existe legislación al respecto y hasta ahora el permiso o la prohibición de llevarlo estaba librado al criterio de los propios centros de enseñanza. Lo ocurrido con la niña marroquí establece un precedente que de prevalecer y extenderse, abriría las puertas de la instrucción pública al llamado multiculturalismo o comunitarismo. A mi juicio, semejante perspectiva es sumamente riesgosa para el futuro de la cultura de la libertad en España.
A primera vista, semejante afirmación parecerá a algunos exagerada o apocalíptica. ¿Qué puede tener de malo que una pobre criatura, acostumbrada por la religión y las costumbres de su familia a tocarse con el hiyab lo siga haciendo en las aulas escolares? ¿No sería una crueldad obligarla a destocarse y lucir los cabellos a sabiendas de que, para sus creencias y usos comunitarios, tal cosa sería tan traumático como para las niñas cristianas exigirles mostrar el busto o las nalgas? De allí a considerar que prohibir el velo islámico a las niñas en los colegios públicos es prejuicio antimusulmán o etnocentrismo colonialista y racista hay sólo un paso cortito.
Sin embargo, no es tan sencillo. El velo islámico no es un simple velo que una niña de ocho años decide libremente ponerse en la cabeza porque le gusta o le es más cómodo tener los cabellos ocultos que expuestos. Es el símbolo de una religión en la que la discriminación de la mujer es todavía, por desgracia, más fuerte que en ninguna otra –en todas ellas, incluso las más avanzadas, se discrimina aún a las mujeres–, una tara tradicional de la humanidad de la que la cultura democrática ha conseguido librarnos en gran parte, aunque no del todo, gracias a un largo proceso de luchas políticas, ideológicas e institucionales que fueron cambiando la mentalidad, las costumbres y dictando leyes destinadas a frenarla. Una de esas grandes conquistas es el laicismo, uno de los pilares sobre los que se asienta la democracia. El Estado laico no está contra la religión. Por el contrario, garantiza el derecho de todos los ciudadanos de creer y practicar su religión sin interferencias, siempre y cuando esas prácticas no infrinjan las leyes que garantizan la libertad, la igualdad y demás derechos humanos que son la razón de ser del Estado de Derecho.
Los colegios públicos de un Estado laico no pueden ser confesionales, porque si lo fueran y privilegiaran a una religión sobre otras, o sobre los no creyentes, ejercerían una discriminación inaceptable en una sociedad de veras libre. En ésta la religión no desaparece, se confina en el ámbito privado, fuera de las escuelas y las instituciones públicas. Los creyentes pueden constituir escuelas privadas de carácter confesional, desde luego, o impartir en las iglesias o en el seno de las familias todas las doctrinas y creencias en las que quieren educar a sus hijos. Pero la religión no puede invadir el dominio público sin que principios básicos de la cultura democrática, sobre todo la igualdad y la libertad de los ciudadanos, se resquebrajen y se establezcan privilegios y jerarquías abusivas.
El velo islámico en las escuelas públicas es una cabecera de playa con la que los enemigos del laicismo, de la igualdad entre el hombre y la mujer, de la libertad religiosa y de los derechos humanos, pretenden alcanzar espacios de extraterritorialidad legal y moral en el seno de las democracias, algo que, si éstas lo admiten, podría conducirlas al suicidio. Porque con el mismo argumento con que se pretende que el hiyab sea admitido en las escuelas se puede exigir, como han hecho y conseguido los islamistas en algunas ciudades de Europa, que haya piscinas municipales separadas para hombres y mujeres pues para las hembras musulmanas resulta impúdico compartirlas con los varones.
Y, si se trata de respetar todas las culturas y las costumbres, ¿por qué la democracia no admitiría también los matrimonios negociados por los padres y, en última instancia, hasta la ablación del clítoris de las niñas que practican tantos millones de creyentes en el África y otros lugares del mundo?
El multiculturalismo parte de un supuesto falso, que hay que rechazar sin equívocos: que todas las culturas, por el simple hecho de existir, son equivalentes y respetables. No es verdad. Hay algunas culturas más evolucionadas y modernas que otras y, aunque es verdad que aun en las culturas más primitivas existen prácticas, usos y creencias que han enriquecido la experiencia humana y enseñanzas que las otras pueden aprovechar, también lo es que en muchas culturas sobreviven prejuicios y conductas bárbaras, discriminatorias y hasta criminales que ninguna democracia puede admitir en su seno sin negarse a sí misma y retroceder en el largo camino de la civilización que lleva andado.
Francia, donde el tema del velo islámico es objeto de viejos e intensos debates, lo ha entendido así y ha dado un buen ejemplo al resto de los países democráticos prohibiendo por ley, desde 2004, “el uso de elementos ostentatorios de carácter religioso en las escuelas e institutos públicos del país”. Al principio, esta medida fue considerada por algunos supuestos “progresistas” reaccionaria y sustentada en un prejuicio contra los inmigrantes de origen musulmán. No lo era. Por el contrario, su razón profunda es dar la oportunidad a todos, extranjeros y nacionales, de cualquier raza, cultura o religión, de trabajar y vivir en Francia en un ambiente de legalidad y libertad que les permita seguir practicando todas sus creencias y costumbres que sean compatibles con las leyes vigentes. Y, desde luego, renunciando a las que no lo sean, como hicieron las iglesias cristianas en el pasado, cuando tuvieron que acomodarse a las sociedades abiertas.
Si se considera que la democracia ha significado un extraordinario avance sobre los regímenes despóticos y absolutistas de antaño, es difícil entender que ella pueda ser sólo válida para los demócratas y que los países democráticos, en nombre de la falacia de la equivalencia absoluta de las culturas, admitan en su seno enclaves antidemocráticos o prácticas reñidas con los principios básicos de la igualdad y la libertad. Quienes defienden el multiculturalismo y el comunitarismo tienen una idea estática y esencialista de las culturas que la historia desmiente. Ellas también evolucionan, de acuerdo con el avance de la ciencia y con los intercambios de ideas y conocimientos, que son cada vez más frecuentes en el mundo moderno y que, poco a poco, van transformando convicciones, prácticas, creencias, supersticiones, valores y prejuicios.
Un musulmán moderno de, digamos, el Líbano o El Cairo tiene muy poco que ver con los musulmanes fundamentalistas de Darfur, que arrasan aldeas y queman a familias enteras por ser paganas, y ponerlos dentro de la misma etiqueta cultural es tan absurdo como considerar idénticos, por ser cristianos, a los católicos generalmente tolerantes y democráticos de las sociedades abiertas de nuestros días con los inquisidores o los cruzados medievales que torturaban y asesinaban en nombre de la cruz.
Si los países democráticos quieren ayudar de algún modo a que la religión musulmana experimente el mismo proceso de secularización que ha permitido a la Iglesia Católica adaptarse a la cultura democrática, lo peor que podrían hacer es renunciar a logros tan importantes como el laicismo y la igualdad para no parecer etnocentristas y prejuiciosos. No hay etnocentrismo alguno, sino universalismo y pluralismo estrictos, en no hacer concesiones en la defensa de los derechos humanos y de la libertad.
El sistema francés me parece más claro y más eficaz que el adoptado por el Reino Unido, donde el Estado ha transferido a los colegios e institutos de enseñanza la decisión de autorizar o prohibir el uso del velo islámico en las aulas. Pero esta potestad sólo vale en lo que concierne a los estudiantes. En cambio, a las maestras les está prohibido dar clases veladas, según una decisión del Poder Judicial del año pasado, luego de que una profesora se presentara en el aula británica embutida en un niqab, especie de carpa vestuario que cubre el cuerpo femenino de pies a cabeza. ¿No es absurdo que se prohíba a las maestras lo que se permite a las alumnas, o viceversa? 90
En las fotos de la prensa de esta mañana, Shaima, la niña marroquí de ocho años, sonríe feliz con sus grandes ojos porque podrá ir al colegio portando el velo que, según le enseñó su abuelita, deben llevar siempre las buenas creyentes. ¿Seguirá siendo tan feliz ahora convertida en la excepción a la regla en su colegio? Yo creo que las buenas almas de la Generalitat catalana la han condenado a la infelicidad.
                                          Publicado en La Nación, 13 de octubre de 2007

 *Escritor peruano contemporáneo.

martes, 30 de junio de 2015

Comunicado !!!!!

Mañana  Miércoles 1° de Julio paso por la escuela a dejar las comprobaciones....de esa forma, sabrán quién tiene o no que hacer el compensatorio y bajo qué condiciones.....
                                                                        Saludos....

Compensatorio del Misterio!!!!!

Queridos alumnos: no nos hemos podido encontrar para hacer la devolución de las comprobaciones de "El Misterio del cuarto amarillo". Sin clases es imposible vernos. 
También se que algunos están preocupados por cerrar de manera cercana a la aprobación el cuatrimestre y por ello, dejo aquí el último trabajo para compensar la desaprobación....

Escuela Industrial N° 2 – Lengua y Literatura IV – Compensatorio de “El misterio del cuarto amarillo” Leroux – 30/06/15

1.- En el capítulo 18 se lee una clara alusión crítica al oficio policial  y una mención a los detectives literarios. ¿A qué se refiere con ello? 
2.- ¿Qué significa “entrar por el extremo correcto de la razón” para Rouletabille?
3.- Hagan el relevamiento de los datos más sobresalientes de los elementos que intervienen en la novela y la constituyen en una pieza del género policial.
4.- Armen un cuadro comparativo con las cualidades de ambos estilos detectivestos – el de Rouletabille y el de Larsan – extraigan datos de la obra para establecer ejemplos. Tengan en cuenta métodos, aciertos y errores de cada uno.
5.- Identifique cuántas tipologías textuales existen en la novela y cuál es el propósito de cada en el desarrollo de la trama.
6.- Mencione los sucesos que entorpecen  la investigación y a sus protagonistas.
7.- ¿Cómo se pueden observar estos valores y quiénes los encarnan? Verdad, inteligencia, honestidad, tenacidad.

Instancia individual – Desaprobados con R- (regular menos). aplazados, y ausentes a la comprobación de lectura.

A.- Cuando se consigue abrir el cuarto, lo único que se encuentra es a la víctima tendida en el suelo, herida, pero no hay rastro alguno del agresor. No ha podido huir por la ventana, ya que está enrejada; tampoco por la puerta, pues estaba cerrada por dentro y al otro lado había gente intentando entrar.
Los alumnos propondrán su explicación personal al caso, que anotarán en su cuaderno, argumentando razonadamente los motivos que desde su punto de vista sustentan tal hipótesis.
B.- Utilizando el argumento del caso que se relata en la obra, elaboraremos un artículo periodístico que dé noticia del suceso, empleando para ello el estilo, la estructura y la terminología características de los textos periodísticos actuales. No olvidaremos informar puntualmente sobre las cuestiones básicas de toda noticia: quién, qué, dónde, cuándo, por qué...
C.- En el final de la novela, el protagonista se refiere nuevamente a “el perfume de la dama vestida de negro”. ¿Se puede afirmar que este dato pertenece a la ficción literaria que anticipa el futuro del protagonista? ¿Cómo? Explíquelo.

¿Quiénes deben hacer la primera parte? 
 - Los alumnos que obtuvieron Regular
¿Quiénes deben hacer todo el TP (primera parte se acepta un trabajo cada 2 alumnos) la segunda parte figura como INDIVIDUAL
 La fecha de presentación será el próximo martes 7 de Julio.... Suerte!!!!!

martes, 16 de junio de 2015

Práctico Compensatorio "¿Quién mató a Palomino Molero?"

Alumnos: para aquellos que tienen ausente a la comprobación planificada del día 9/6 - que se hizo efectiva - o que obtuvieron como nota (Mal) aplazo; este es el Trabajo para "Compensar" = "Recuperar" que deben presentar el próximo martes 23/06

Instancia grupal – 2 alumnos -  Fecha de presentación: 23/06

1) Esta novela está organizada en ocho capítulos. Confecciona un índice que lleve el titulo de cada uno adoptando un criterio propio de lectura:
a) Pueden  hacerlo teniendo en cuenta la acción más importante sucedida dentro del capítulo.
b) Encadenando el último suceso del capítulo con el primero del siguiente.
c) Sabiendo que se trata de un relato policial; haciendo referencia a los elementos representativos de este tipo de género narrativo.
2) A partir de la siguiente nómina de adjetivos, elijan una serie que se adapte a la personalidad de los investigadores y a través de fragmentos textuales de la novela, corroboren esas características.
Nómina: humilde, generoso, analítico, culto, vanidoso, ineficiente, rústico, astuto, aficionado, aristocrático, práctico, profesional.
3) El realismo mágico es una cualidad de la novela latinoamericana contemporánea. Es un recurso que ilustra la narrativa con sus cruces escenográficos, generando contrastes entre lo real y lo maravilloso.
Busquen un ejemplo de este recurso en la novela, transcribirlo y luego comenten el efecto que genera en el lector y en el conflicto mismo de la obra.
4) ¿Qué explicación podemos encontrar a la actitud persecutoria y lasciva del Teniente Silva hacia Doña Andriana y el final contradictorio en el comportamiento de la mujer.
5) Evalúen el carácter del vocabulario que se usa al narrar los hechos. ¿Qué intención habrá tenido el autor al respecto? Justifique su postura crítica, a través de cualidades del realismo mágico.
6) Investiguen las características del relato policial clásico y del policial negro. ¿Qué elementos de uno y otro estilo, presenta esta novela de Vargas Llosa?

Instancia Individual     Fecha de presentación: 23/06

7) Redacten el informe que el Teniente Silva hubiera escrito sobre el esclarecimiento del caso de asesinato de Palomino Molero.
8) Entre las temáticas que enfoca la novela, están los prejuicios raciales  y las diferencias sociales.
Extraigan citas textuales de la novela que sean útiles para demostrar ésta afirmación.
9) Elaboren la crónica policial que hubiera dado la prensa de la época, acerca del esclarecimiento del caso. Pueden elegir uno de los dos estilos periodísticos: el amarillismo y el estilo blanco.

Nota: para ampliar contenido de teoría para comprender el concepto "Realismo Mágico" les dejo este enlace de un Blog que tiene información clara al respecto-

magicorealismo.blogspot.com/

Lo encontré!!!!!!! Versión en PDF del "Misterio del cuarto amarillo"

Alumnos: buscando en algunos Blogs que frecuento, encontré uno que ofrecía el enlace de Libros dot de la novela de Gastón Leuroux.....Ahora sí...a Leerrr!!!!!!

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqV1RWNmdoc1BLTWM/view?usp=sharing

lunes, 25 de mayo de 2015

Textos para argumentación básica...

Alumnos: estos son algunos textos que podemos considerar para practicar un análisis básico de esta tipología textual....
Actividades.  Lectura - Identificación de las partes que componen la organización textual - Reconocimiento de la tesis (implícita o explícita) - Identificación de los recursos....Conclusión . 

La noche triste de Tinelli           - Diario Perfil 17/05/2015
Por Beatriz Sarlo | Los tres presidenciables invitados dieron cierta pena en el principal show televisivo del país. El pobre rol asignado a sus mujeres.
El programa de Tinelli es producto de dos factores combinados: por un lado, la estética y la ideología de la televisión más mercado céntrica de la Argentina (el rating es nuestro dios y nuestro rey); por el otro, tres candidatos a presidente que decidieron ser parte de las mercancías ofertadas en esa vidriera.
El negocio de Tinelli es clarísimo.Tiene un guiño del kirchnerismo para comenzar su programa con una parodia de las cadenas nacionales de Cristina. Tal permiso sobreentendido lo pagó con sus declaraciones a PERFIL de que ella es una gran mujer y una muy buena presidenta, palabras que, a su vez, retribuyen lo acordado con el Hijo Máximo sobre la AFA y otras candentes cuestiones del deporte para todos y todas.
Tinelli es tan importante como para sentarse en la mesa del poder. Será un Cristóbal López de los años que vienen; un adivino de los meganegocios quizá prevea que el conflicto con el canal de la “corpo” pueda entrar en período de negociación. Cristina aprendió que “Alica alicate” le dio el triunfo a De Narváez en 2009.
Pero la cuestión no es el chancho sino quien le da de comer. Es decir, quienes se convierten en alimento de la insomne máquina tinelliana. Scioli, Macri y Massa aceptaron inaugurar el “Bailando 2015”. Ellos creyeron, probablemente con la cínica verdad de los hechos inevitables, que abrazarse con Tinelli y obtener treinta puntos de rating era una oportunidad que no debía perderse. Sobre todo, no podían permitir que estuviera allí alguno de sus competidores mientras uno u otro se quedaba en su casa como un marmota. Significaba dar demasiada ventaja a quienes barrieran el piso del estudio con la gracia de sus esposas.
La alternativa era que se pactara que ninguno iría a lo de Tinelli. Pero ese pacto era peligroso, porque a último momento alguno de los firmantes podía traicionar y aparecer en el programa. Era peligroso también porque abría la posibilidad de una venganza del conductor (sea la que fuera). Por otra parte, ni Scioli, ni Macri ni Massa son peces nuevos en el estanque de la telepolítica, es decir que no cambiaron de atmósfera.
Fieles a sí mismos. Los candidatos tuvieron intervenciones diferentes. Scioli fue idéntico a sí mismo. Macri entonó un himno a la felicidad, dando una prueba más de que es flojo de oratoria y repetitivo cuando quiere interpelar la imaginación. Massa, quizás ansioso por cómo le está yendo en el FR, fue quien más forzó el espectáculo hacia el lado político.
Lo más triste que ofrecieron los candidatos fueron sus propias mujeres, que estaban en el lugar tradicional y reaccionario: simpáticas sonrisas iluminando la banalidad. Respondieron como si estuvieran tomando un trago con sus amigas y así nos enteramos de que Macri sigue diciéndole a Awada “negrita hechicera”, como lo tuiteó hasta el cansancio cuando se casaron; que ni Scioli ni Massa son muy románticos, e informaron sobre la cota de fogosidad entre las virtudes matrimoniales de cada uno. Quien más perdió fue Malena Galmarini, la mujer de Massa, que gusten o no sus posiciones, puede hablar de política y no sólo hacer revelaciones dignas de un programa de la tarde. La que más conservó su estilo fue Karina Rabolini, porque habló y “confesó” menos. En fin, sus maridos las colgaron de la ganchera de la carnicería.
Que los candidatos hayan bailado y se hayan zarandeado no es sino un capítulo más del apogeo de la danza al que también contribuye la Presidenta. También habrían estado cómodos en los vetustos programas de Roberto Galán. Todo sea por el poder y la gloria.
No es esperable un debate profundo entre estos tres sujetos de la política. Ya los hemos escuchado: prefieren el monólogo a la polémica. Ni Scioli ni Macri son oradores normalmente dotados; por reiteración mediática, nos hemos acostumbrado a sus respectivas albóndigas de lugares comunes. Y Massa compite mal con quienes le van a tirar a la cara los “logros” de sus gestiones o su pasado kirchnerista.
Los tres eligieron mostrarse por separado, como ya es un formato que el periodismo político volvió costumbre: nadie dialoga con nadie, cada uno emite su monólogo en solitario, como si fueran prisioneros en la torre de sus respectivas campañas o en la mesa que ocupan dentro de la escenografía de un canal de noticias. Van a tener que trabajar a destajo los productores de televisión que desean un debate presidencial. Los políticos argentinos hablan mucho de diálogo, pero sentarse a compartir el plano les parece cosa del diablo. Por otra parte, como observó Margarita Stolbizer, la concentración en esas tres figuras inclina la mesa hacia el lado de los grandes jugadores.
La noche del lunes fue triste, y me atrevería a decir que no tiene mucha competencia por el podio de la degradación política.
 Superclásico - QEPD -
El fútbol argentino ya estaba muerto. El jueves en la Bombonera apenas le pusieron la lápida.
Escribe Andrés Eliceche – Perfil 16/05/2015
Estaba muerto desde que los dirigentes de los clubes (ponga aquí el lector el nombre que quiera: Boca, River, Almirante Brown, da igual) se aliaron con los delincuentes. Les pareció fenómeno valerse de ellos para ganar elecciones primero, vigilar en la tribuna a los que cantaban en contra después, cederles entradas para reventa más tarde y hasta darles licencia para matar, si era necesario. Y abandonar a los socios, resignados a pagar caro (los que podían) un espectáculo que no les daba siquiera un baño decente para hacer pis.
Estaba muerto desde que Julio Grondona empezó a aplicar una sola ley para todo lo que pasaba: la del todo pasa. Y entonces, su táctica de prestar dinero y que los clubes le deban fue su plan perfecto hacia la perpetuidad. Y nos enfermamos de grondonitis: el que sacaba los pies del plato iba al rincón. Nadie se oponía. Y Grondona se rio siempre de los reglamentos, dejó que la violencia reinara en los estadios y evitó los castigos deportivos a los que hacían las cosas mal. Permitió que se desbarrancara absolutamente todo: más de doscientas cadáveres se amontonaron en las canchas en los 35 años que presidió la AFA.
Estaba muerto desde que el Estado se hizo cómplice de lo peor. Y las leyes creadas ad hoc no se aplicaron, y la policía creyó que maltratar al espectador era genial, y los gobernantes aparecieron puntuales después de cada desastre para anunciar que todo iba a cambiar, aunque ni ellos mismos se creyeran la mentira. Y permitieron el desarrollo meteórico de una nueva profesión, un reaseguro para hacerse millonarios unos y otros: la de los barrabravas. ¿De qué trabaja, señor? Yo soy comerciante. ¿Y usted, que anda en auto importado? Barrabrava.
Estaba muerto desde que los hinchas supuestamente civilizados se tomaron a pecho eso de que a la cancha iban “a sacarse la bronca de la semana”. Y los cantos se orientaron hacia lo lindo que sería matar al otro, y qué bueno que el alambrado esté cerca así me arrimo y escupo al rival, y festejo más la entrada de los barras a la tribuna que la de mi equipo a la cancha, y puteo sin parar de principio a fin, y qué tontos los que no hacen lo mismo. La estupidez se contagia más rápido que la inteligencia.
Estaba muerto desde que la hombría bien entendida dejó de ser un valor entre los futbolistas. Hace medio siglo, y menos también, estaba mal visto el jugador que no se paraba rápido después de un foul. Hoy esa ecuación se invirtió. Y el vigilantismo cunde: todos corren hacia el árbitro a pedir tarjeta, penal, córner, off-side, lo que sea. Y la solidaridad entre ellos se fue al descenso; las patéticas actitudes de Orion y compañía en el clásico son apenas un ejemplo. El último, pero ni siquiera el más importante. Probablemente hubiese pasado lo mismo al revés.
Estaba muerto desde que los periodistas no supimos, no quisimos, o las dos cosas juntas, entender nuestro deber. Permitimos que nos estigmatizaran como “periodistas deportivos” porque nos costó sacarnos los botines y analizar los fenómenos que atravesaban la materia desde una mirada integral. Como esos malos comentaristas de partidos, nos perdimos detrás de la pelota. Veíamos solo la anécdota del gol, nos creímos que estaba bien discutir a los gritos si tenía que jugar tal o cual. No cuestionamos, no interpelamos, no preguntamos. No ayudamos en nada a bajar la histeria que se apoderó enteramente de eso que decimos amar tanto.
El jueves en la Bombonera apenas le pusieron la lápida. Pero el fútbol argentino ya estaba muerto.
(*) Sub Editor de Deportes – Diario PERFIL
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario PERFIL

 Por qué los libros prolongan la vida.
No hace mucho me entretenía imaginándome a aquellos progenitores nuestros que hablaban de sus esclavos adiestrados en trazar caracteres cuneiformes como si fueran modernos computers. Me entretenía pero no bromeaba. Cuando hoy leemos artículos preocupados por el porvenir de la inteligencia humana frente a nuevas máquinas que se aprestan a sustituir nuestra memoria, advertimos un aire de familia. […]
La misma reacción de terror debe de haber sentido quien vio por primera vez una rueda. Habrá pensado que nos olvidaríamos de caminar. Acaso los hombres de aquel tiempo estaban más dotados que nosotros para realizar maratones en los desiertos y en las estepas, pero morían antes y hoy serían dados de baja en el primer distrito militar. Con esto no quiero decir que, por esa razón, no nos debamos preocupar de nada y que tendremos una bella y sana humanidad habituada a merendar sobre la hierba de Chernobyl; si acaso, la escritura nos ha hecho más hábiles para comprender cuándo debemos detenernos, y quien no sabe detenerse es analfabeto, aunque vaya en cuatro ruedas. […]
¿Qué hemos ganado? ¿Qué ha ganado el hombre con la invención de la escritura, la imprenta, las memorias electrónicas?
En una ocasión, Valentino Bompiani hizo circular una frase: “Un hombre que lee vale por dos”. Dicha por un editor, podría ser entendida solamente como un eslogan feliz, pero pienso que significa que la escritura (en general, el lenguaje) prolonga la vida. Desde los tiempos en que la especie comenzaba a emitir sus primeros sonidos significativos, las familias y las tribus necesitaron de los viejos.
Quizá primero no servían y eran desechados cuando ya no eran eficaces para la caza. Pero con el lenguaje, los viejos se han convertido en la memoria de la especie: se sentaban en la caverna, alrededor del fuego y contaban lo que había sucedido (o se decía que había sucedido, ésta es la función de los mitos) antes de que los jóvenes hubieran nacido. Antes de que se comenzara a cultivar esta memoria social, el hombre nacía sin experiencia, no tenia tiempo para forjársela y moría. Después un joven de veinte años era como si hubiese vivido cinco mil. Los hechos ocurridos antes de que él naciera, y lo que habían aprendido los ancianos, pasaban a formar parte de su memoria.
Hoy los libros son nuestros viejos. No nos damos cuenta, pero nuestra riqueza respecto del analfabeto (o del que, alfabeto, no lee) consiste en que él está viviendo y vivirá sólo su vida y nosotros hemos vivido muchísimas. […]
Esto podría dar a alguien la impresión de que, no bien nacemos, ya somos insoportablemente ancianos. Pero es más decrépito el analfabeto (de origen o de retorno) que padece de arteriosclerosis desde niño, y no recuerda (porque no sabe) qué ocurrió en los idus de marzo (*)Naturalmente, también podríamos recordar mentiras, pero leer ayuda también a discriminar. No conociendo las culpas de los demás, el analfabeto ni siquiera conoce los propios derechos.
El libro es un seguro de vida, una pequeña anticipación de inmortalidad. Hacia atrás (¡ay!) más que hacia adelante. Pero no se puede tener todo y al instante.
Humberto Eco. La Nación, 1997 (fragmento)
(*) Idus: En el antiguo calendario romano, día que corresponde al 13 de nuestro calendario, excepto en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, en que corresponde al 15. Julio César, el emperador romano, fue asesinado en los idus de marzo.

Enfermos Por Javier Calvo – Edición impresa de Perfil 18/05/2015
Ahora haremos como que nos ponemos serios. Que nos indignamos. Que nos da vergüenza. Que nos escandalizamos. Que pedimos perdón. Que nos hacemos responsables. Con honestidad o con impostura, esa reacción apenas funcionará como una excusa políticamente correcta para que nada cambie. Y expiar así lo enfermos que estamos.
Acá no hay grieta que valga. La trampa y el salvajismo nos atraviesan horizontal y verticalmente, más allá de ideologías, de intereses políticos y económicos, de diferencias sociales y educativas, de colores futbolísticos.
Lo que ocurrió en Boca es una metáfora argentina. Delincuentes con licencia para moverse con impunidad, llamados barrabravas. Dirigentes venales que los prohijan y los usan. Hinchas violentos y descontrolados. Fuerzas de seguridad ineficientes, complacientes o sospechadas. Funcionarios irresponsables. Jugadores poco solidarios. Periodistas interesados.
Ninguno viene/venimos de Marte. Son/somos expresión de una sociedad cada vez más hipócrita, desvergonzada, tramposa, enferma. Y los males sociales endémicos no tienen antídotos milagrosos. Lo que es peor aún y más frustrante: no tienen cura y sólo pueden agravarse.
 ¿Y cuál es tu ética?
Por Sergio Sinay para La Nación – 17/05/2015
A menudo  nos quejamos de cómo vivimos. La velocidad, la falta de tiempo, la ansiedad, las presiones, la urgencia, en fin, la lista de motivos es larga e incluso puede ser personalizada. Podríamos detener la noria de la queja con una pregunta: ¿cómo deberíamos vivir? Aunque no lo parezca, tras la pregunta asoma la moral. Porque la moral trata de eso, de cómo deberíamos vivir. Claro que va más allá de las simples costumbres cotidianas y de los hábitos, aunque los incluye a ambos. Alude a valores. Y los valores no son sino reglas que hemos aceptado, tácitamente y a través de la educación formal y familiar, para convivir. Sin ellos acaso la humanidad hubiera tenido una historia muy corta. Si nos matamos por cualquier cosa, la vida no vale nada, entonces convertimos la vida en valor a respetar. Si todos mentimos, no hay verdad que resista, de manera que la convertimos en un valor a honrar. Si todos robamos, nadie tendrá nada, así que hacemos de la honestidad un valor. Y así con la larga lista de valores en la que coincidimos.
Decía Glauco, personaje de la República, uno de los extraordinarios diálogos con los que Platón contribuyó a cimentar el pensamiento occidental, que, en definitiva, actuamos moralmente porque nos conviene y no porque la moralidad venga en nosotros. Esto es un tema de vasta y larga discusión en la que participan y han participado otros grandes, como Immanuel Kant, quien veía en la moral casi una consecuencia obligatoria de la razón. Si somos humanos y aplicamos la razón, atributo que nos eleva por sobre otras especies, deberíamos actuar moral y libremente. No hay árbitro afuera de nosotros, decía. Cada quien debe actuar como quisiera que todos lo hagan y sólo robar, matar o mentir si está dispuesto a que eso se convierta en ley universal. No es una cuestión de sentimientos, sino de razón, afirmaba el filósofo alemán. Y nadie puede decir que no entiende esto. Quien sigue los dictados de la razón y actúa de un modo moral no debe esperar recompensa, añadía el autor de Crítica de la razón práctica, porque el premio de una acción moral está en la misma acción. En esa línea toda persona debe ser tratada como un fin en sí mismo y no como un medio. En síntesis, elegimos ser morales.
Hasta aquí la moral. ¿Y la ética? ¿Son sinónimos? Hay quienes dicen que sí y quienes las diferencian. Así como la moral dice qué debemos hacer, la ética vendría a dar cuenta de qué elegimos hacer. Y está bastante claro a la luz de nuestras experiencias cotidianas que no siempre y no todos hacen lo que se debe, sino lo que conviene. Es decir que las prioridades personales en materia de conducta con frecuencia suelen dejar de lado la moral. Por esta razón no alcanza con invocar una ética para certificar que un acto, una conducta o una actitud son morales. De hecho hay éticas diferentes. Los delincuentes tienen la propia (en ella robar está bien visto), los futbolistas la suya (un codazo en el ojo a un adversario o la simulación de una falta dan patente de vivo), igual en la política (donde hay quienes dicen que sin platita no se puede militar), etcétera. Esto por nombrar sólo algunas de las muchas éticas (se les suele llamar códigos) en las que se elige al margen de lo que se debe. Luego, por supuesto, podrían enumerarse otras visiones éticas que se guían por los valores morales que, como tales, van más allá de los tiempos y las geografías.
Si se observa con atención, se verá que muchas veces las quejas acerca de los ritmos y los modos de la vida que llevamos tienen relación con las grietas que se abren entre ética y moral. Y que nadie puede contribuir a cerrar si no es cada uno con sus actos, sus elecciones, sus decisiones y sus conductas. La puerta de la moral se abre desde adentro.


martes, 12 de mayo de 2015

Próxima lectura literaria... Novela: "¿Quién mató a Palomino Molero?

Alumnos: este título y otro están anunciados para la compra en la Librería o para la lectura desde el mes de Abril pasado...Si no llegaran a conseguirlos; estos son los enlaces para ir leyendo a través de la PC...

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqY0RvVlA4cmNCY2s/view?usp=sharing

Este es para la novela "¿Quién mató a Palomino Molero?" de Mario Vargas Llosa.

miércoles, 15 de abril de 2015

Cuentos para leer!!!!!

Alumnos: estos son los enlaces de los dos cuentos que deben leer para el próximo 5/05. El primero corresponde a "Asesinato a distancia" y el segundo a "La aventura de las pruebas de imprenta", ambos de Rodolfo Walsh.

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqYV9EMGNnaXBzYXM/view?usp=sharing 

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqdUVTY3pILVlqRUU/view?usp=sharing

Nota: para leer deben seleccionar el enlace y copiar en una pestaña nueva. Saludos...

martes, 7 de abril de 2015

Textos para trabajar enunciación!!!!!

Alumnos: este es el material para aplicar al teórico de enunciación que expliqué en clases y amplié en la etiqueta anterior. La actividad es la siguiente:
* Elegir 2 (dos) de los textos propuestos y marcar la deixis que dé cuenta del análisis de los elementos de enunciación (huellas del enunciador y enunciatario)

México 17-3-84
  Me acordé tanto de ti, de tu amistad y cariño, me sentí sola y lloré porque ya no estás, no me explico, pero hay un vacío tan grande como tú. Sin saberlo, siempre me sentí apoyada porque existías y podía escribirte o hablarte y tú estabas ahí, dispuesto a darme la mano y animarme. Ahora que no estás, Julio, no tengo otro amigo como tú y me siento sola, sé que seguiré adelante pero con algo que falta dentro de mí. Con Claribel, el día siguiente que moriste, decíamos que las dos seguiríamos adelante por ti, creo que sí, lo que tengo que pensar es que en cualquier momento te encontraré y tendré que contarte lo que he hecho y entonces tú me dirás: muy bien chilenita.                                                                                                                                                                                                                                              Carmen Waugh*
*Artista chilena y galerista de ese país. Muy amiga de Julio Cortázar. Esta carta la escribe con motivo de la muerte del escritor._________________________________________________________________________________________________________________
 Les Luthiers es un conjunto músico-actoral , para uno de sus sketches crearon “Fragmento de un drama” con indicación de actos y cuadros. Un noble recurre a un juglar para que le cante a su dama, María, su gran amor. El noble habla y el juglar repite cantando:


R: Por ser fuente de dulzura
J: Por ser fuente de dulzura
R: Por ser de rosas un ramo
J: Por ser de rosas un ramo
R: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
J: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
(breves palabras del Rey al Juglar, en voz baja)
J: Oh María, él la ama.
R: Ámame como yo te amo a ti,
J: Ámelo como él la ama a Usted,
R: Y los demás envidiaran nuestro amor,
J: Mmm... todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes
R: Oh mi amor, María mía,
J: Oh su amor, María suya,
R: Mi brillante, mi rubí
J: Su brillante surubí,
R: Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí,
J: Su canción, su poesía, nunca se olvide de su
R: Tú estas encima de todas las cosas, mi vida
J: Usted esta encima de todas las cosas subida
R: Eres mi sana alegría,
J: Usted es Susana, eh, María, alegría
R: Mi amor,
J: Su amor,
R: Mi tesoro
J: Su tesoro,
_______________________________________________________

J: Súmame ... Súmelo
R: Tanto tú te me metes en lo mas hondo de mí
J: Tanto Usted...
R: que ya no sé si soy de mí o si soy de ti
J: Tanto Usted...
R: Si tú me amaras a mí amarías en mí aquello que amamos nosotros
J: Tanto Usted....
R: y envidiáis vosotros y ellos...
J: .... ¡Ámelo!
R: Cuando miras con desdén,
J: Cuando mira con desdén,
R: Pareces fría, sujeta,
J: Parece fría, su... , su cara,
R: Por ser tan grandes tus dones, no caben en mí, mi bien,
J: Por ser tan grandes sus dones, no caben en su sutién
R: ¡No! ¡No!
J: ¡No! ¡No!
R: Tunante,
J: Sunante,
R: Miserable,
J: Suserable,
R: ¡Guardias, a mí!
J: ¡Guardias, a él!

(Los guardias se llevan al Rey entre medio de sus protestas)


Nota Editorial “Empiecen a Correr”, Vecinos de Asambleas Barriales de La Poderosa, Revista  La Garganta, Nº 3,  Marzo de 2011.
La irrigación inagotable de su sangre, debería ponerlos colorados. Pero no, ni siquiera. Unos dicen que hacen memoria con la Carrera de Miguel, para no decir que hacen agua con los Derechos Humanos. Y otros dicen que conviene bajar el puño, para no decir que los avergüenza levantar el suyo, tan aferrado al recibo de sueldo. Suficiente. Ya nos intoxicaron demasiado con la compraventa de humo, pirateando la izquierda, siempre embarcados en las viciosas ambiciones de sus ilimitadas limitaciones, para naufragar sobre sus terribles miedos. Basta, cagones: devuelvan a Miguel y empiecen a correr.
Cada año, cada día, cada 24 de Marzo, La Poderosa elige la hermosa responsabilidad de bregar por la memoria, con la fuerza, la creatividad, la conciencia y la pasión de un tipo que corrió por una causa, hasta desaparecer. No se fue un día a trabajar y se esfumó, Miguel Sanchez. No, ni esa delicadeza tuvo la historia (…)
¿Cuánto tiempo esperarías a ese que lucha, se cae y se levanta, por la misma causa que vos? Precisamente ese, es Miguel. Ni una remera, ni una marcha, ni un lavadero de culpas, ni una producción periodística: un hombre que desapareció de pie, para no aparecer de rodillas, como tantos que hoy intentan tomar su voz. Por eso, no vamos a permitir que Macri, ni nadie a contramano del pueblo, se adjudique su carrera el próximo 27 de marzo. No sólo vamos a coparla: vamos a llevar su mensaje, como el año último, para que el mundo “vea, qué cosa más fulera, qué mal hacés memoria, mejor hacé veredas”. (…)


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
____________________________________________________________________________________________________________


Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Letra de Maria Elena Walsh – “Como la cigarra” 

Teoría de la Enunciación

La Teoría de la Enunciación puede definirse, de manera general, como la disciplina que se ocupa de la relación del sujeto con su discurso. El concepto y su aplicación comenzaron a difundirse después de los años ’60. Fue Émile Benveniste (1928-1975) -que comenzó trabajando en  Francia, cuando la lingüística ni siquiera era una materia- quien siguiendo a la escuela de Praga (fundamentalmente a Jakobson) sistematizó la teoría.
Vale aclarar que comunicar y enunciar son actos de lenguaje diferentes: las máquinas PC comunican frecuentemente, reciben y esperan respuestas. Pero un acto de enunciación es algo bien distinto. Es una función discursiva en la que el sujeto y sus circunstancias están inscriptos y esto la vuelve necesariamente  una producción intersubjetiva y plural.
Hablar de lengua o discurso son cosas bien distintas. Aquel que estudia la lengua busca aquellos elementos invariantes que sirven para describir su especificidad dentro de un sistema. El que estudia la enunciación busca, en cambio, dar cuenta de la localización del sujeto en el discurso. Desde esta perspectiva, entonces, la subjetividad ya no será considerada como un obstáculo analítico sino como una instancia inscripta en el discurso implícita o explícitamente, a través de las marcas que el mismo hablante ha dejado: los deícticos[1] y otros elementos (adjetivos y adverbios, por ejemplo) que ofician de indicaciones del sujeto de la enunciación en el enunciado.
Tal como la define Émile Benveniste:
La enunciación es este poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización (...) es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado lo que es nuestro objeto. Este acto se debe al locutor que moviliza la lengua por su cuenta (...) Debe considerársela como hecho del locutor, que toma la lengua por instrumento y en los caracteres lingüísticos que marcan esta relación (Benveniste, 2004: 83).
Entre los elementos constitutivos del aparato formal de la enunciación (Benveniste, 2004: 82) se encuentran el enunciador y el enunciatario (correlatos de lo que en otros paradigmas corresponden a locutor y alocutario). A partir de estas figuras se organiza todo el sistema de reenvíos indiciales que, desde el presente de la enunciación, valiéndose de los pronombres de primera y segunda persona, algunos pronombres demostrativos y adverbios dan cuenta de la localización espacio temporal de los interlocutores. Advirtamos que la tercera persona no es, en rigor, considerada persona: es la que corresponde a la de las entidades que se presentan como no susceptibles de asumir un enunciado, de hacerse cargo de un acto de enunciación. Entre esta posición y las de enunciador y co-enunciador, la relación es de “ruptura”: la no-persona no se encuentra en un mismo plano.
Los deícticos tienen existencia en relación con el aquí y ahora del discurso, por su poder de precisar la referencia actual del sujeto a la persona (yo, tú), al espacio (allí, arriba, enfrente) y al tiempo (hoy, mañana, después). Esto explica una de sus propiedades principales: no tienen significación fuera del discurso.
El siguiente cuadro de doble entrada muestra las diferencias entre lengua y discurso, a través de la función de la deixis de persona:

Discurso
Lengua
yo / tú
él
Índices de persona
No-persona
Instancias de interlocución
Se conmuta con cualquier referencia de objeto de discurso
Designan a locutor y alocutario en tanto personas discursivas
Puede referir tanto a una persona como a una cosa o animal
No admiten permutación sin que esto acarree transformaciones sintácticas ( lees el libro,
Juan lee el libro)
Admite permutación sin transformaciones sintácticas (Él lee el libro, Juan lee el libro)
Siempre en contacto: yo habla a
Se habla de él, no a él
Se implican necesariamente
Puede no estar. No es obligatorio
Roles activos en la interacción
Rol pasivo en la interacción
Supone la reversibilidad de la interacción
No da respuesta
Dependen del acto individual de enunciación que las constituye
Tiene un referente que no depende de la enunciación
Remiten reflexivamente al discurso
No remite reflexivamente al discurso
De yo / tú dependen otros pronombres personales (nosotros / vosotros; me / te / nos / os; mí / ti) y posesivos (mío / tuyo / nuestro / vuestro) y adjetivos posesivos (mi, tu).
De él dependen otros pronombres: ellos/ lo(s) / le(s) / se / sí / consigo / suyo

La segunda vertiente de la Teoría de la Enunciación es la que se ocupa de las modalidades del decir.
Émile Benveniste, en su consideración de la subjetividad en el lenguaje, contempló el problema de la modalidad del enunciado al referirse a las distintas formas de la aserción, la interrogación, la intimación,los modos de cortesía, la comunicación fática  (2004: 82-91). Benveniste trató este “aparato de funciones” de manera general, como aquello de lo que se sirve el enunciador para influir sobre el comportamiento del enunciatario o para acentuar la relación discursiva entre ambos.
Cerrado. Prohibido pasar; Se ruega no pasar; No pase; Es preciso que ud. salga; Márchese de aquí; ¡Fuera!; ¡Chst...!; Mímica; Expulsión física.
Llamamos modalización a la relación entre los interlocutores y su enunciado. El sujeto, con su punto de vista, su visión del mundo, su posicionamiento ideológico, está siempre tras los bastidores de la enunciación.
TIPOS DE MODALIDADES
Siguiendo a Maingueneau (1980) vamos a distinguir tres grupos de modalidades, según se ponga el acento en: a) la relación del enunciador con el enunciatario; b) la relación del enunciador con el enunciado mismo y c) la relación del enunciador con el referente:
a) Modalidades de la enunciación: establecen el vínculo entre enunciador y enunciatario.
b) Modalidades del enunciado: caracterizan la relación que el enunciador establece con su propio enunciado. Se dividen en modalidades lógicas y apreciativas.
Marcadores de modalidades lógicas
Marcadores de modalidades apreciativas
Por cierto, efectivamente, sin duda, por supuesto, evidentemente, etc.
Felizmente, lamentablemente, por fortuna, desastroso, genial, etc.

Ahora bien, cuando tratamos con discursos formados por materias significantes no lingüísticas o heterogéneas (sonoros, visuales, audiovisuales) es común el uso del sonido, la iluminación, el color, el trabajo de la cámara, el montaje, las re-contextualizaciones, los inserts, las deformaciones de las imágenes como fundidos, los ralentí (recordemos las famosas muchachas en cámara lenta, convertidas ya un lugar común de la publicidad y tan frecuentemente aludido incluso de manera autorreferencial), entre otros recursos que colaboran en la construcción de discursos modalizados.
3) Modalidades del mensaje: La modalización queda, en este caso, a cargo de las transformaciones sintácticas tales como: a) las operaciones de tematización (tópico /comentario o tema / rema) y b) pasivización (localización de sujeto y agente).
Tematización
Este tipo de operaciones son muy frecuentes en los periódicos que logran de este modo, abordar el mismo asunto focalizando o mitigando el tema, provocando diferentes efectos de sentido. Consideremos los siguientes ejemplos:
y

Las operaciones de pasivización se vinculan directamente con esta problemática, en la medida en que la transformación pasiva desplaza al sujeto a una posición secundaria y coloca al objeto como agente. En general, es común ver que las noticias referidas a violaciones y abusos coloquen a la víctima en posición pasiva:
Villa Pueyrredón: abusaron de una chica cuando iba al colegio
Una estudiante secundaria fue abusada sexualmente en proximidades de la estación de trenes del barrio porteño de Villa Pueyrredón, por un hombre que la amenazó con un cuchillo, según informaron fuentes policiales. (Clarin.com 6/5/11)
La Ciudad deberá pagarle $78.000 a mujer violada en el Hospital Durand
La sentencia de la Cámara Civil beneficia a una empleada doméstica que fue abusada por un enfermero, ya condenado en un proceso anterior, cuando se encontraba internada en el centro de salud situado en Caballito (infobae.com, 27/1/2010)
            Muy distinto sería si la noticia colocara a las protagonistas en un rol activo, como sujetos de denuncia, reclamo o reconocimiento: Una estudiante secundaria acusó..., una empleada doméstica denunció..., etc.



[1] El término deixis proviene del griego deiknúo o deiknumi, que significa indicar, mostrar, señalar. Fuente: "Una punta sobre enunciación" Bitonte-Griguello. Semiotica. UBA.4/14