martes, 10 de abril de 2018

Textos para diagnóstico


El frío, clave para frenar el avance de la fiebre  amarilla                                                                                                                                                                                    (1)
Así lo proyecta para la Argentina un informe regional             
Por: Fabiola Czubaj para  La Nación – 23/03/18

El cambio de la temperatura esperada para el otoño podría retardar la velocidad de la diseminación geográfica a partir de ahora y hasta junio", anticipa un informe sobre la epidemia de fiebre amarilla en la región. El documento, que difundió anteayer la Organización Panamericana de la Salud (OPS), resume la situación de la infección en los siete países de América Latina que están notificando casos.
En nuestro país, el Ministerio de Salud de la Nación informó este lunes que desde el 19 del mes pasado se confirmaron cuatro casos: son turistas que volvieron con síntomas luego de visitar islas y otras zonas turísticas de los estados de San Pablo y Río de Janeiro. Dos son residentes de la ciudad de Buenos Aires y otros dos, de la provincia de Buenos Aires.
Anteayer, las autoridades sanitarias de Neuquén confirmaron que en un centro privado de esa ciudad había muerto un hombre de 69 años tras regresar de sus vacaciones en Río de Janeiro, entre otras áreas del país vecino. Los primeros estudios revelaron la infección, que ayer debía confirmar el laboratorio nacional de referencia para fiebre amarilla de Pergamino. Según trascendió, el hombre no estaba vacunado porque cuando quiso hacerlo, se lo desaconsejaron por la edad.
En el informe que difundió la OPS se alerta sobre un avance de los brotes epidémicos en monos (epizootias) hacia el sudoeste del estado de San Pablo en las últimas semanas. Los monos aulladores o carayás actúan como centinela de esta enfermedad en el ciclo de transmisión selvática, en el que mosquitos vectores del virus pueden infectar al ser humano.
"El aumento significativo de casos en el período estacional 2017/2018 se observa principalmente en los estados de San Pablo y Río de Janeiro, donde los casos ocurrieron en áreas cercanas a las grandes ciudades y con alta densidad poblacional", indica la OPS.
Para sus especialistas en Washington que monitorean esta emergencia en la región, el frío frenaría por lo menos en los próximos tres meses el avance de la enfermedad en las poblaciones de monos que habitan desde el sur brasileño hacia nuestro país.
"De repetirse el mismo patrón de una década atrás, cuando las epizootias que habían afectado el sudeste y el sur de Brasil alcanzaron a la Argentina y Paraguay, esa onda epizoótica actual podría llegar a esos países", explican en el documento. El frío del otoño retrasaría esa tendencia. En los tres últimos meses del año pasado, las epizootias avanzaron 2,6 km por día en algunas áreas de San Pablo.
Misiones y Corrientes son los puntos más vulnerables al ingreso de la enfermedad desde Brasil, donde se confirmaron 920 casos en seres humanos -300 murieron- solo en lo que va de este período estacional de la infección (julio de 2017 a mayo próximo), comparado con 610 casos confirmados y 196 muertos el período anterior.




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Irracional fiebre por la fiebre        24.01.2018       Diario La Prensa                    
El brote de fiebre amarilla en Brasil ha desatado un cuadro de histeria colectiva en nuestro país que ve como colapsan los vacunatorios.

Un dato concreto es que la cantidad de casos confirmados de fiebre amarilla en Brasil se ha triplicado en las últimas semanas y el brote ha dejado 24 muertos en los estados de Minas Gerais, San Pablo y Río de Janeiro.
Esta información ha desatado en los argentinos una verdadera fiebre, que no es la amarilla, para vacunarse. Podría suponerse que esta locura por recibir el pinchazo salvador se debe a que muchos no quieren perderse las vacaciones, pero lo llamativo del caso en que Brasil no exige certificado de vacunación para ingresar al país. Una vez más se juntan dos problemáticas bien argentinas, el pánico contagioso y la falta de información concreta del Estado.
Las interminables filas en los centros de vacunación incluían personas que viajarán en febrero o marzo, que tal vez viajen y hasta muchos que no deben vacunarse por indicación médica, pero lo ignoran. Incluso están en la fila quienes ya se la hayan aplicado alguna vez y poseen el carnet que dice que vence a los 10 años ignorando que deben desestimarlo porque esa recomendación cambió y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo una dosis de la vacuna es suficiente para garantizar la inmunidad y la protección a lo largo de la vida.
Falta de información sumada a una necesidad irracional de vacunarse por si llegan a faltar vacunas. Hay que tener en cuenta que más del 80 por ciento de los argentinos que viajan para vacacionar en Brasil, eligen como destinos Florianópolis, Camboriu, Fortaleza, Natal y Recife que precisamente no requieren vacunación, según la recomendación de la OMS. Otra vez falta de información masiva que deja las cosas claras para desacelerar esta sensación de pánico que no hace sino generar caos en los centros asistenciales. En concreto las áreas geográficas incluidas en las recomendaciones de vacunación son Río de Janeiro, San Pablo, Espíritu Santo y Bahía (incluyendo las populares Salvador de Bahía y Praia do Forte), pero nada más.
En las largas filas frente a las dependencias de Sanidad en Fronteras hay personas que van a acompañar a otras y cuando llega el turno quieren vacunarse por las dudas. Claramente la falta de información sumada al yo me quiero salvar, generan esta sensación que podría haberse evitado si desde el Ministerio de Salud se hubiera hecho una fuerte campaña aclarando los temas punto por punto y si es así, garantizando la existencia de dosis de vacunas durante todo el año. La fiebre transmitida por el mosquito aedes aegypti se cobra miles de vida cada en África y en América del Sud estaba prácticamente erradicada. La muerte de un grupo de monos amazónicos despertó la alarma y luego llegaron los casos en humanos. Por ahora hay solo una recomendación de la OMS y ningún requisito de las autoridades brasileñas que solo se limitan a pedir que se vacunen quienes visiten zonas rurales y vayan a permanecer más de tres días. La crispación en nuestro país ante este fenómeno es carente de razón y de lógica y vuelve a repetirse un fenómeno muy parecido al de la frustrada epidemia de gripe A, que solo consiguió enriquecer a un puñado de laboratorios internacionales que se dedicaron a vender en un mundo en estado de pánico millones de dosis de una vacuna inoperante. Hay que insistir, en el país no hay fiebre amarilla, no hay obligación de vacunarse si se viaja a Brasil a las zonas libres de contagio y definitivamente el Estado debe poner las cosas en orden y difundir con claridad cuál es la situación sanitaria y la verdadera gravedad del problema, porque hoy hay peleas en las colas de los vacunatorios no por pensar en salvar la vida sino para irse de vacaciones.