martes, 7 de abril de 2015

Textos para trabajar enunciación!!!!!

Alumnos: este es el material para aplicar al teórico de enunciación que expliqué en clases y amplié en la etiqueta anterior. La actividad es la siguiente:
* Elegir 2 (dos) de los textos propuestos y marcar la deixis que dé cuenta del análisis de los elementos de enunciación (huellas del enunciador y enunciatario)

México 17-3-84
  Me acordé tanto de ti, de tu amistad y cariño, me sentí sola y lloré porque ya no estás, no me explico, pero hay un vacío tan grande como tú. Sin saberlo, siempre me sentí apoyada porque existías y podía escribirte o hablarte y tú estabas ahí, dispuesto a darme la mano y animarme. Ahora que no estás, Julio, no tengo otro amigo como tú y me siento sola, sé que seguiré adelante pero con algo que falta dentro de mí. Con Claribel, el día siguiente que moriste, decíamos que las dos seguiríamos adelante por ti, creo que sí, lo que tengo que pensar es que en cualquier momento te encontraré y tendré que contarte lo que he hecho y entonces tú me dirás: muy bien chilenita.                                                                                                                                                                                                                                              Carmen Waugh*
*Artista chilena y galerista de ese país. Muy amiga de Julio Cortázar. Esta carta la escribe con motivo de la muerte del escritor._________________________________________________________________________________________________________________
 Les Luthiers es un conjunto músico-actoral , para uno de sus sketches crearon “Fragmento de un drama” con indicación de actos y cuadros. Un noble recurre a un juglar para que le cante a su dama, María, su gran amor. El noble habla y el juglar repite cantando:


R: Por ser fuente de dulzura
J: Por ser fuente de dulzura
R: Por ser de rosas un ramo
J: Por ser de rosas un ramo
R: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
J: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
(breves palabras del Rey al Juglar, en voz baja)
J: Oh María, él la ama.
R: Ámame como yo te amo a ti,
J: Ámelo como él la ama a Usted,
R: Y los demás envidiaran nuestro amor,
J: Mmm... todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes
R: Oh mi amor, María mía,
J: Oh su amor, María suya,
R: Mi brillante, mi rubí
J: Su brillante surubí,
R: Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí,
J: Su canción, su poesía, nunca se olvide de su
R: Tú estas encima de todas las cosas, mi vida
J: Usted esta encima de todas las cosas subida
R: Eres mi sana alegría,
J: Usted es Susana, eh, María, alegría
R: Mi amor,
J: Su amor,
R: Mi tesoro
J: Su tesoro,
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J: Súmame ... Súmelo
R: Tanto tú te me metes en lo mas hondo de mí
J: Tanto Usted...
R: que ya no sé si soy de mí o si soy de ti
J: Tanto Usted...
R: Si tú me amaras a mí amarías en mí aquello que amamos nosotros
J: Tanto Usted....
R: y envidiáis vosotros y ellos...
J: .... ¡Ámelo!
R: Cuando miras con desdén,
J: Cuando mira con desdén,
R: Pareces fría, sujeta,
J: Parece fría, su... , su cara,
R: Por ser tan grandes tus dones, no caben en mí, mi bien,
J: Por ser tan grandes sus dones, no caben en su sutién
R: ¡No! ¡No!
J: ¡No! ¡No!
R: Tunante,
J: Sunante,
R: Miserable,
J: Suserable,
R: ¡Guardias, a mí!
J: ¡Guardias, a él!

(Los guardias se llevan al Rey entre medio de sus protestas)


Nota Editorial “Empiecen a Correr”, Vecinos de Asambleas Barriales de La Poderosa, Revista  La Garganta, Nº 3,  Marzo de 2011.
La irrigación inagotable de su sangre, debería ponerlos colorados. Pero no, ni siquiera. Unos dicen que hacen memoria con la Carrera de Miguel, para no decir que hacen agua con los Derechos Humanos. Y otros dicen que conviene bajar el puño, para no decir que los avergüenza levantar el suyo, tan aferrado al recibo de sueldo. Suficiente. Ya nos intoxicaron demasiado con la compraventa de humo, pirateando la izquierda, siempre embarcados en las viciosas ambiciones de sus ilimitadas limitaciones, para naufragar sobre sus terribles miedos. Basta, cagones: devuelvan a Miguel y empiecen a correr.
Cada año, cada día, cada 24 de Marzo, La Poderosa elige la hermosa responsabilidad de bregar por la memoria, con la fuerza, la creatividad, la conciencia y la pasión de un tipo que corrió por una causa, hasta desaparecer. No se fue un día a trabajar y se esfumó, Miguel Sanchez. No, ni esa delicadeza tuvo la historia (…)
¿Cuánto tiempo esperarías a ese que lucha, se cae y se levanta, por la misma causa que vos? Precisamente ese, es Miguel. Ni una remera, ni una marcha, ni un lavadero de culpas, ni una producción periodística: un hombre que desapareció de pie, para no aparecer de rodillas, como tantos que hoy intentan tomar su voz. Por eso, no vamos a permitir que Macri, ni nadie a contramano del pueblo, se adjudique su carrera el próximo 27 de marzo. No sólo vamos a coparla: vamos a llevar su mensaje, como el año último, para que el mundo “vea, qué cosa más fulera, qué mal hacés memoria, mejor hacé veredas”. (…)


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
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Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Letra de Maria Elena Walsh – “Como la cigarra” 

Teoría de la Enunciación

La Teoría de la Enunciación puede definirse, de manera general, como la disciplina que se ocupa de la relación del sujeto con su discurso. El concepto y su aplicación comenzaron a difundirse después de los años ’60. Fue Émile Benveniste (1928-1975) -que comenzó trabajando en  Francia, cuando la lingüística ni siquiera era una materia- quien siguiendo a la escuela de Praga (fundamentalmente a Jakobson) sistematizó la teoría.
Vale aclarar que comunicar y enunciar son actos de lenguaje diferentes: las máquinas PC comunican frecuentemente, reciben y esperan respuestas. Pero un acto de enunciación es algo bien distinto. Es una función discursiva en la que el sujeto y sus circunstancias están inscriptos y esto la vuelve necesariamente  una producción intersubjetiva y plural.
Hablar de lengua o discurso son cosas bien distintas. Aquel que estudia la lengua busca aquellos elementos invariantes que sirven para describir su especificidad dentro de un sistema. El que estudia la enunciación busca, en cambio, dar cuenta de la localización del sujeto en el discurso. Desde esta perspectiva, entonces, la subjetividad ya no será considerada como un obstáculo analítico sino como una instancia inscripta en el discurso implícita o explícitamente, a través de las marcas que el mismo hablante ha dejado: los deícticos[1] y otros elementos (adjetivos y adverbios, por ejemplo) que ofician de indicaciones del sujeto de la enunciación en el enunciado.
Tal como la define Émile Benveniste:
La enunciación es este poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización (...) es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado lo que es nuestro objeto. Este acto se debe al locutor que moviliza la lengua por su cuenta (...) Debe considerársela como hecho del locutor, que toma la lengua por instrumento y en los caracteres lingüísticos que marcan esta relación (Benveniste, 2004: 83).
Entre los elementos constitutivos del aparato formal de la enunciación (Benveniste, 2004: 82) se encuentran el enunciador y el enunciatario (correlatos de lo que en otros paradigmas corresponden a locutor y alocutario). A partir de estas figuras se organiza todo el sistema de reenvíos indiciales que, desde el presente de la enunciación, valiéndose de los pronombres de primera y segunda persona, algunos pronombres demostrativos y adverbios dan cuenta de la localización espacio temporal de los interlocutores. Advirtamos que la tercera persona no es, en rigor, considerada persona: es la que corresponde a la de las entidades que se presentan como no susceptibles de asumir un enunciado, de hacerse cargo de un acto de enunciación. Entre esta posición y las de enunciador y co-enunciador, la relación es de “ruptura”: la no-persona no se encuentra en un mismo plano.
Los deícticos tienen existencia en relación con el aquí y ahora del discurso, por su poder de precisar la referencia actual del sujeto a la persona (yo, tú), al espacio (allí, arriba, enfrente) y al tiempo (hoy, mañana, después). Esto explica una de sus propiedades principales: no tienen significación fuera del discurso.
El siguiente cuadro de doble entrada muestra las diferencias entre lengua y discurso, a través de la función de la deixis de persona:

Discurso
Lengua
yo / tú
él
Índices de persona
No-persona
Instancias de interlocución
Se conmuta con cualquier referencia de objeto de discurso
Designan a locutor y alocutario en tanto personas discursivas
Puede referir tanto a una persona como a una cosa o animal
No admiten permutación sin que esto acarree transformaciones sintácticas ( lees el libro,
Juan lee el libro)
Admite permutación sin transformaciones sintácticas (Él lee el libro, Juan lee el libro)
Siempre en contacto: yo habla a
Se habla de él, no a él
Se implican necesariamente
Puede no estar. No es obligatorio
Roles activos en la interacción
Rol pasivo en la interacción
Supone la reversibilidad de la interacción
No da respuesta
Dependen del acto individual de enunciación que las constituye
Tiene un referente que no depende de la enunciación
Remiten reflexivamente al discurso
No remite reflexivamente al discurso
De yo / tú dependen otros pronombres personales (nosotros / vosotros; me / te / nos / os; mí / ti) y posesivos (mío / tuyo / nuestro / vuestro) y adjetivos posesivos (mi, tu).
De él dependen otros pronombres: ellos/ lo(s) / le(s) / se / sí / consigo / suyo

La segunda vertiente de la Teoría de la Enunciación es la que se ocupa de las modalidades del decir.
Émile Benveniste, en su consideración de la subjetividad en el lenguaje, contempló el problema de la modalidad del enunciado al referirse a las distintas formas de la aserción, la interrogación, la intimación,los modos de cortesía, la comunicación fática  (2004: 82-91). Benveniste trató este “aparato de funciones” de manera general, como aquello de lo que se sirve el enunciador para influir sobre el comportamiento del enunciatario o para acentuar la relación discursiva entre ambos.
Cerrado. Prohibido pasar; Se ruega no pasar; No pase; Es preciso que ud. salga; Márchese de aquí; ¡Fuera!; ¡Chst...!; Mímica; Expulsión física.
Llamamos modalización a la relación entre los interlocutores y su enunciado. El sujeto, con su punto de vista, su visión del mundo, su posicionamiento ideológico, está siempre tras los bastidores de la enunciación.
TIPOS DE MODALIDADES
Siguiendo a Maingueneau (1980) vamos a distinguir tres grupos de modalidades, según se ponga el acento en: a) la relación del enunciador con el enunciatario; b) la relación del enunciador con el enunciado mismo y c) la relación del enunciador con el referente:
a) Modalidades de la enunciación: establecen el vínculo entre enunciador y enunciatario.
b) Modalidades del enunciado: caracterizan la relación que el enunciador establece con su propio enunciado. Se dividen en modalidades lógicas y apreciativas.
Marcadores de modalidades lógicas
Marcadores de modalidades apreciativas
Por cierto, efectivamente, sin duda, por supuesto, evidentemente, etc.
Felizmente, lamentablemente, por fortuna, desastroso, genial, etc.

Ahora bien, cuando tratamos con discursos formados por materias significantes no lingüísticas o heterogéneas (sonoros, visuales, audiovisuales) es común el uso del sonido, la iluminación, el color, el trabajo de la cámara, el montaje, las re-contextualizaciones, los inserts, las deformaciones de las imágenes como fundidos, los ralentí (recordemos las famosas muchachas en cámara lenta, convertidas ya un lugar común de la publicidad y tan frecuentemente aludido incluso de manera autorreferencial), entre otros recursos que colaboran en la construcción de discursos modalizados.
3) Modalidades del mensaje: La modalización queda, en este caso, a cargo de las transformaciones sintácticas tales como: a) las operaciones de tematización (tópico /comentario o tema / rema) y b) pasivización (localización de sujeto y agente).
Tematización
Este tipo de operaciones son muy frecuentes en los periódicos que logran de este modo, abordar el mismo asunto focalizando o mitigando el tema, provocando diferentes efectos de sentido. Consideremos los siguientes ejemplos:
y

Las operaciones de pasivización se vinculan directamente con esta problemática, en la medida en que la transformación pasiva desplaza al sujeto a una posición secundaria y coloca al objeto como agente. En general, es común ver que las noticias referidas a violaciones y abusos coloquen a la víctima en posición pasiva:
Villa Pueyrredón: abusaron de una chica cuando iba al colegio
Una estudiante secundaria fue abusada sexualmente en proximidades de la estación de trenes del barrio porteño de Villa Pueyrredón, por un hombre que la amenazó con un cuchillo, según informaron fuentes policiales. (Clarin.com 6/5/11)
La Ciudad deberá pagarle $78.000 a mujer violada en el Hospital Durand
La sentencia de la Cámara Civil beneficia a una empleada doméstica que fue abusada por un enfermero, ya condenado en un proceso anterior, cuando se encontraba internada en el centro de salud situado en Caballito (infobae.com, 27/1/2010)
            Muy distinto sería si la noticia colocara a las protagonistas en un rol activo, como sujetos de denuncia, reclamo o reconocimiento: Una estudiante secundaria acusó..., una empleada doméstica denunció..., etc.



[1] El término deixis proviene del griego deiknúo o deiknumi, que significa indicar, mostrar, señalar. Fuente: "Una punta sobre enunciación" Bitonte-Griguello. Semiotica. UBA.4/14
Estimados alumnos:
                                 en este nuevo año que se inicia, les doy la bienvenida como nuevo grupo de estudio. Deseo que este medio nos sea útil para potenciar el conocimiento, agilizar la comunicación y ampliar la explicación de clases. Les deseo éxitos para el ciclo lectivo que cursaremos juntos....