“En
el largo plazo estaremos todos muertos” / Cartas al lector Clarín 22/04/14
Luego de los alevosos
asesinatos de dos ciudadanos que se dirigían a su trabajo, a manos de
motochorros, entre otros que luego se sucedieron, uno se pregunta hasta cuándo
nuestra sociedad seguirá mirando resignada estos episodios ya demasiado
habituales.
Tanto el asesinato de un
operario en Campana, como el de una maestra en Misiones, ambos ocurridos en
sendas paradas de colectivo, cuando se dirigían a sus trabajos, demuestra la
alevosía e impunidad con que se manejan estos delincuentes. Y son apenas dos
ejemplos entre tantos de cada día.
Ante estos hechos
aberrantes, uno se pregunta si individuos que se manejan con semejante
desprecio por la vida humana, son todavía recuperables. Ya es hora de que
nuestra sociedad diga basta a tamaño atropello a la vida, exigiendo a la
Justicia que comience a protegerla de verdad, dejando de lado ese pseudo
garantismo tan propenso a proteger a delincuentes y a dejar desamparados a los
ciudadanos en su derecho humano más inalienable.
De hecho, cada vez que
algún legislador plantea la necesidad de endurecer las penas para los delitos
contra la vida, se escucha la réplica inmediata bajo el insostenible argumento
de que lo que se quiere es “criminalizar la pobreza.” Ya es hora de acabar con
esta muletilla, tan alejada de la realidad. La condición de pobre no es causa
de que una persona se convierta en delincuente ni mucho menos. Los dos
trabajadores asesinados es probable que también hayan sido pobres o tuvieran
una condición cercana a la pobreza.
En la Argentina de hoy sólo
cabe proteger el derecho a la vida de las personas, sin distinción de clase ni
de ideologías. Y para hacerlo sólo corresponde que se aplique la ley, como en
toda democracia normal, sin confundir autoritarismo con mantenimiento del orden
social y seguridad para todos.
Para ello, la Constitución
confiere al Estado el monopolio del uso de la fuerza, a fin de que la misma sea
usada legalmente, incluyendo la represión del delito toda vez que sea
necesario. En el corto plazo es urgente proteger a nuestra sociedad de una
manera mucho más efectiva contra la tremenda inseguridad que hoy la acecha.
Como diría el gran economista Lord Keynes, “en el largo plazo estaremos todos
muertos”. Ojalá que tanto nuestra Justicia como nuestros legisladores estén a
la altura de las circunstancias.
Alberto Govi alberto.govi@hotmail.com
*inalienable: adj, que no se puede enajenar es decir, no se
puede pasar de un individuo a otro, no se puede vender. Ej, los derechos
humanos son inalienables.
Cosecharás tu siembra -
Clarín
POR RICARDO ROA 05/04/14
Un gobierno es una serie de
fotos, de escenas, que hablan por mil palabras. Una imagen que será histórica
es la de Cristina Kirchner subida a una cosechadora trucha en la explanada de
la Casa de Gobierno.
Fue dos meses antes de otra
fantochada: el viaje charter de Moreno a Angola, un país gobernado por un
dictador con mano de hierro y corrupción masiva. Montada en esa máquina pegada
con masilla y que se autodestruyó porque no podía mantenerse en pie, la
Presidente anunció que habíamos vendido 18 cosechadoras al país africano.
La
realidad es que nunca se vendieron y que ni siquiera se fabricaron, aunque el
fabricante consiguió millones en créditos oficiales. La empresa hizo sólo un prototipo, acaba de quebrar y
de dejar un tendal de deudas. Se llamaba Grandes Máquinas de Concepción del
Uruguay y la quiebra es un papelón tan grande como la máquina.
Papelón para el Gobierno
nacional y para el gobernador entrerriano Urribarri, delfín K para las próximas
elecciones y mediador en un negociado con créditos estatales, cheques sin
fondos, estafas y nada de seriedad. Y un papelón para el país: la seudo
cosechadora quedó en Angola, tal vez como una curiosidad más en un país
curioso.
No sólo fue un fiasco lo
de la cosechadora de cartón pintado. Un año y medio después, las exportaciones
a Angola que Moreno había ido a impulsar no habían subido sino bajado más del
35%.
En su stand up matinal, el
relator oficial Capitanich nos volvió a explicar de qué cosas debemos hablar y de qué cosas no. Del disparate de
Angola no se puede, de la fantasía del mercado de las cosechadoras, sí. Para
que quede claro lo que dijo, estas fueron sus palabras: “Nada se dice del
crecimiento del sector y eso es importante porque es producción nacional” (ver pág. 28). Debería haber explicado por qué llevaron una cosechadora a medio hacer por una empresa también a medio hacer
y por qué expusieron a la Presidente a semejante sainete.
El jueves, Capitanich había
dicho que de los linchamientos tampoco podemos hablar: hablar de ellos es ser
de derecha. Capitanich tiene tanto de izquierdista como Aníbal Fernández de
filósofo.
La cosechadora de Angola
conjuga una buena dupla escenográfica de este kirchnerismo otoñal con Leonardo
Fariña. El valijero sin ilustración y extraordinarios deseos de exhibirse iba y
venía tirando millones ajenos, lavando plata sucia de Báez, manejando autos sin
documentos y paseándose por programas de TV. Los dos son la consagración de la truchada.
Capitanich volverá el lunes
con su casete y cosas tan visibles como la inseguridad, la inflación y la
corrupción seguirán siendo invisibles para el Gobierno. En esto no habrá
sorpresas. Como decía Blades, la vida te da sorpresas. Pero Capitanich no te
dará ninguna.
*fiasco:
adj procedente del lunfardo que significa, falso, fracaso, decepción,
desprestigio.
*sainete:
sust pieza dramática breve de carácter alegre, cómico y popular. Por ext, hecho
ridículo o grotesco.
Villa Lugano: dos meses de nada
Por
Pablo Tomino / LA NACION 21/4/2014
A casi dos
meses de que 500 familias tomaran un predio de Villa
Lugano, cuyo suelo está
contaminado y donde se levantara un barrio precario bautizado como Papa
Francisco, muchas cuestiones se
suscitaron. Muchas, menos el desalojo ordenado por la justicia penal de la
ciudad para sanear este terreno y permitir que se construyan allí viviendas
sociales.
Si bien se anunció
que en las próximas semanas el gobierno porteño comenzará con tareas de
limpieza del terreno ubicado en Pola y Fernández de la Cruz, la ocupación
ilegal se consolida. Las casillas de madera y chapa ya tienen agua y
electricidad, y hasta nacieron allí los primeros bebés.
La Ciudad todavía trabaja en el diseño de un operativo que buscará
liberar el predio sin que le ocasione consecuencias políticas
Pero... la Ciudad, que debe ejecutar el desalojo con la
colaboración de las fuerzas federales,
todavía trabaja en el diseño de un operativo que buscará liberar el predio sin
que le ocasione consecuencias políticas. Y deberá presentarse la propuesta a la magistrada María Gabriela
López Iñíguez, quien
fijará la fecha para concretar el procedimiento.
En el "mientras
tanto", las familias se afianzan en sus nuevas moradas con la convicción
de que usurpar un predio público en la ciudad suele ser una tarea bastante
sencilla. Más aún, porque hoy no existen certezas de que la autoridad de turno
resuelva desalojarlos si optan por adueñarse de un espacio ajeno.
También el escenario
político avala cualquier intención que vaya contra las leyes: es casi nula la
colaboración entre la Nación y la Ciudad para hacer cumplir las resoluciones
judiciales, y ambos todavía se distraen en responsabilizarse mutuamente. Así
las cosas, a los gobiernos la realidad citadina les pasa por encima: 500
familias viven hoy en un suelo contaminado; 500 familias se afincan en un
terreno donde se confirmó la presencia de metales pesados e hidrocarburos,
potencialmente peligrosos para la salud, puesto que allí funcionó un cementerio
de autos de la Policía Federal.
Las familias se afianzan con la convicción de que usurpar un
predio público en la ciudad suele ser una tarea bastante sencilla
En 2005, la ley 1770
había ordenado que este predio fuera restituido al Estado porteño y que se
urbanizara para entregar viviendas a familias vulnerables de la lindera villa
20. Nada de eso ocurrió. Ante la inacción oficial, el 24 de febrero pasado unas
500 familias tomaron el predio. La mayoría de ellas alquilan piezas en la villa
20 y reclaman una solución habitacional para poder acceder a una vivienda.
Este jueves se cumplirán dos meses de la toma en Villa
Lugano. Dos meses de órdenes judiciales fallidas, de negativas oficiales por
cuestiones políticas, de emergencia habitacional con madres y chicos dispuestos
a arriesgar su vida por una casa propia. Y el peor escenario futuro es,
justamente, que no pueda modificarse este presente.
*Adj, de carácter
ciudadano que pertenece a la urbanidad y no al campo.
La Conjura de los
necios
-Mañana miramos los anuncios del
diario. Te vestís como es debido y salís
a buscar trabajo.
-Me da miedo preguntar
qué entendés vos por “vestirse como es debido”. Seguro que querés convertirme en un mamarracho ridículo.
-Voy a plancharte una
camisa blanca preciosa y vas a ponerte una de esas corbatas tan lindas de tu
pobre papá.
-¿Es verdad lo que
oigo? –preguntó Ignacio a su almohada.
-O eso Ignacio, o voy a
hipotecar la casa. ¿Querés perder el techo que te cobija?
-¡No! ¡No vas a
hipotecar esta casa! –gritó, dando un vigoroso puñetazo al colchón-. Toda la
sensación de seguridad que he procurado crear se derrumbaría. No estoy
dispuesto a que haya alguien ajeno controlando mi domicilio. No podría
soportarlo. Solo de pensarlo, las manos se me llenan de granos. Y extendió una
mano para que la madre pudiera examinar el salpullido.
-De eso, ni hablar
–continuó-. Dispararía de golpe todas mis angustias latentes. Y temo que el
resultado sería verdaderamente muy desagradable. No querría que te pasases el
resto de tu vida cuidando de un lunático encerrado en un desván. No vamos a
hipotecar la casa. Seguramente tenés guardado dinero en algún sitio.
-Tengo ciento cincuenta
dólares en el Hibernia Bank.
-¿Nada más? Nunca
imaginé que subsistiéramos de modo tan precario. He de admitir, no obstante,
que la alternativa es para mí bastante lúgubre. Dudo muy seriamente de que haya
alguien dispuesto a contratarme.
-¿Pero qué decís hijo?
Vos, un chico tan bueno, con una educación tan excelente, con todos tus
estudios…
-Los patrones perciben
que yo rechazo los valore que ellos sostienen –dio una vuelta en la cama y
continuó-. Me tienen miedo. Sospecho que se han dan cuenta de que me veo
obligado a actuar en un siglo que aborrezco. Eso sucedió hasta cuando trabajé
para la biblioteca pública de Nueva Orleans.
-Pero, Ignacio, esa fue
la única vez que trabajaste desde que saliste de la universidad y fueron solo
dos semanas; lo único que hacías era pegar tiritas sobre el lomo de los libros.
-Sí pero yo tenía una
visión estética propia sobre el modo de pegar aquellas etiquetas. Algunos días
sólo podía pegar tres o cuatro y me sentía satisfecho con la calidad de mi
trabajo. Las autoridades de la biblioteca no pudieron soportar mi inteligencia
profesional. Ellos solo querían un animal que embadurnara de cola sus libros.
-¿Vos creés que podés
conseguir trabajo allí otra vez?
-Lo dudo mucho. La
verdad es que le dije unas palabras más bien mordaces a la encargada del
departamento. Hasta me retiraron el carnet de socio. Tenés que comprender el
miedo y el odio que inspira a la gente mi visión del mundo-Ignacio eructó-. No
mencionaré ese disparatado viaje a Baton Rouge. Creo que aquel inidente
engendró en mí una resistencia psicológica al trabajo.
John Kennedy Toole. “La conjura de los necios”.
Barcelona. Anagrama. 1992
LOS
BIOCOMBUSTIBLES
Los
automóviles son los principales causantes del efecto invernadero o cambio o
climático, pero dado que es muy difícil reducir su uso, los biocombustibles
están teniendo un auge sin precedentes como alternativas viables de
combustibles más sustentables que los derivados del petróleo. Entre estas
nuevas opciones se encuentra el etanol (también conocido como alcohol etílico o
de grano); o bio-etanol, para distinguirlo del alcohol sintético se obtiene de
petróleo crudo, gas o carbón.
El
bioetanol se produce principalmente a partir productos ricos en sacarosa como
la caña de azúcar, la melaza y el sorgo dulce, siguiendo un procedimiento
similar al de la cerveza: los almidones son convertidos en azúcares, los
azúcares se convierten por fermentación en etanol, el que luego es destilado en
su forma final. También puede producirse a partir de fuentes ricas en almidón
como cereales (maíz, trigo, cebada, etc.) y tubérculos (yuca, camote, papa),
aunque con un proceso más caro y complejo. La producción de bioetanol podría
incluso realizarse a partir de materias primas ricas en celulosa, como los
desechos agrícolas y forestales. Sin embargo, la conversión de la celulosa en
azúcares fermentables es un proceso aún más complejo y costoso que hace que la
obtención de etanol a partir de desechos no sea rentable por ahora. Actualmente, la producción de bioetanol a
partir de cultivos ricos en sacarosa y almidón registra un desarrollo sin
precedentes. Y es que el producto presenta claras ventajas: es limpio y renovable;
ayuda a reducir las emisiones de carbono y permite conservar (y no depender de)
las reservas de combustibles fósiles; es barato cuando es producido de forma
eficiente; es versátil y puede sustituir la gasolina en automóviles con motores
adaptados para más de un tipo de combustible o se mezcla con gasolina en
motores convencionales (Brasil, por ejemplo, lo emplea como ´hidro-alcohol - 95% etanol - o como aditivo de la gasolina - 24% de etanol).
Sin
embargo, el bioetanol tiene un importante y silencioso costo social: la
propagación de los monocultivos en desmedro de la producción para la
alimentación humana. Como bien explica Acción Ecológica: ´Aunque se puedan
obtener biocombustibles a partir de algunos productos nativos para resolver los
problemas energéticos a nivel local, el problema es la escala. Para suplir las
necesidades energéticas globales e impactar de manera efectiva en reducir el
calentamiento global, se necesitarían millones de hectáreas de tierras
agrícolas y la incorporación de otras tantas a costa de ecosistemas naturales,
lo que repercutiría en la soberanía alimentaria de los pueblos.
Pero
quizás resulta más claro citar el análisis de Lester Brown, Director del
Instituto de Políticas de la Tierra de la Universidad de Columbia, y fundador
del World Watch Institute: ´para llenar el tanque de un automóvil de 25 galones
con (bio) etanol, se necesita una cantidad de granos suficientes para alimentar
a una persona por un año. Para llenar ese tanque por dos semanas, se podrían
alimentar a 26 personas durante un año.
Lo
complicado que los países europeos, en su afán por cumplir con sus obligaciones
dentro del Protocolo de Kyoto, están empeñados en cambiar sus sistemas
energéticos a base de combustibles fósiles, por biocombustibles; pero su
producción no les da abasto y han visto en los biocombustibles una posibilidad
de seguir manteniendo su estilo de vida, sin incrementar sus emisiones de gases
invernaderos. Sin embargo, en Europa no existen tierras suficientes para la
producción de la cantidad de biocombustibles que se necesita, por lo que se han
planteado la importación de los mismos.
Y aunque Estados Unidos tiene suficientes
tierras agrícolas, los consumos de energía son tan altos, que también van a
necesitar importar. ¿De dónde van a venir estos biocombustibles? Pues de regiones
como América Latina, Asia y África justamente aquellas que tienen más necesidad
de alimentos.
La
expansión del uso del bioetanol implica que en los países más pobres las
tierras de vocación agrícola que al momento son usadas para la producción de
alimentos sean utilizadas para la producción de cultivos para la producción de
combustibles. Como describe Lester Brown, “nos enfrentamos a una competencia
entre los 800 millones de conductores que quieren proteger su movilidad y las
2.000 millones de personas más pobres del mundo que quieren sobrevivir”.
Cómo anular a una
persona /Ana
Cristina Aristizabal Uribe Carta
al Lector
El
peor daño que se le hace una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro
solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que
se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que
resolver dificultades.
Regálele
todo, la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las
potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su
creatividad. Quien vive de lo regalado, se anula como persona, se vuelve
perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el
contenido.
Aquellos
sistemas que por “amor” o demagogia, le regalan todo a la gente, la vuelven la
más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer
de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y talentos con que
están dotados casi todos los seres humanos.
Quien
ha recibido todo regalado, se transforma en un indigente porque asume la
posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen la
obligación de ponerle todo en las manos y, considera una desgracia
desarrollarse en un trabajo digno.
Es
muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse
en algo útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables
de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda” no llega, culpa a los demás de su
“desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Sólo
los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su
potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bien, pero en definitiva están
empleando un arma para anular a las personas.