domingo, 22 de septiembre de 2019

Intertextualidad - Casos

LA CITA
Entre los tipos de intertextualidad que investigamos, es uno de los más comunes. Todos sabemos lo que es una cita literaria (o en otro tipo de textos, no importa). ¿Qué escritor no ha citado alguna vez a otro, de una u otra forma?
La cita es una referencia explícita de otro texto. Además, es literal (o al menos, debería serlo). Es decir, por un lado ponemos la cita y por otro la fuente (autor, obra, año, etc.). Y lo hacemos de manera literal, tal como escribió ese fragmento su autor (a ser posible, en la lengua en la que fue escrito). Si está traducido, hay que procurar citar la editorial, el año de la traducción, el traductor, etc.
Claro está que no siempre es así. A veces, los escritores incorporan una cita al comienzo de cada capítulo y solo incluyen, como fuente, al autor original. Depende siempre del contexto de lo que estamos haciendo, no es lo mismo una cita en un ensayo, donde se requieren todas las fuentes de información posibles, que la cita en una narración.
EL PLAGIO
Otro de los tipos de intertextualidad presentes en muchos textos, aunque a veces los autores no especifican la fuente, y por eso se habla de plagio. Es decir, no es necesario que el plagio sea literal; por ejemplo, se puede plagiar una idea, un argumento, un personaje, etc. Solo hablamos de plagio cuando el escritor no hace referencia a su fuente original.
LA ALUSIÓN
En cambio, si en el texto encontramos una referencia, por vaga que sea, a otro texto, estamos ante una alusión, otro de los tipos de intertextualidad más habituales, puede que el más frecuente. Veamos un ejemplo, en este caso construido por mí mismo:
Ser o no ser… las palabras mágicas del Hamlet resonaron en mí aquel día para cambiar mi propia historia…
Como vemos, hay una alusión explícita a la obra de Shakespeare. Al margen del ejemplo, hay que decir que se han hecho populares muchísimas expresiones o frases que un día aparecieron en un texto literario. En el ejemplo expresado, ni siquiera podemos decir si la expresión fue utilizada por primera vez por Shakespeare; de lo que sí estamos seguros es de que, cuando la usamos actualmente, siempre nos viene a la mente la obra del bardo inglés, Hamlet.
Por otro lado, es muy frecuente que autores noveles, o poco experimentados, empleen este tipo de frases o expresiones sin hacer ninguna mención explícita al autor o la obra originales. Simplemente, lo que hacen es tomar las expresiones del acervo popular, que las ha hecho suyas, incluso en el lenguaje hablado. Sería otro de los tipos de intertextualidad a dilucidar: una especie de “plagio inconsciente”.
O también muy consciente, depende; no hay más que pensar en los cuentos que comienzan por “Érase una vez…”. En este caso, los lectores interpretan que el escritor está en su derecho de emplear una expresión tan extendida que todo el mundo la entiende… y, a la vez, que todo el mundo la sobreentiende, que se utiliza por tradición y que no comporta ninguna falta de ninguna clase, sobre todo si el escritor pretende introducir alguna variante original, por ejemplo:
  • Érase una vez que se era en aquella era…
  • Érase una vez un cuento muy divertido, veréis…
  • Érase una  vez un escritor atado siempre al mismo cuento…
Estos ejemplos, que acabo de imaginar, dan una idea de la plasticidad con la que pueden emplearse fórmulas antiguas, para renovarlas. En fin, como puede observarse fácilmente, los tipos de intertextualidad que podemos diferenciar son múltiples, sobre todo si nos fijamos exclusivamente en casos muy concretos. Es casi seguro, o seguro del todo, que si buscáramos ejemplos y más ejemplos, este artículo no se terminaría nunca, porque hay por doquier.
¿O acaso el título Ulises de la novela de James Joyce no tiene nada que ver con la obra clásica de Homero? ¿O cuando vemos una película y nos queda en la retina una imagen que asociamos a otra película no estamos hablando también de otros tipos de intertextualidad, aunque en este caso referidos al campo visual o icónico
PARODIA:
Como estrategia que se considera crítica y no mera burla, ridiculización, lo hace desde la critica de del contexto de producción ligado al pasado y lo social. Ej. Cervantes en el Quijote. 
 ADAPTACIÓN: 
Son una especie o clase de reescritura donde los textos se tratan de acomodar un texto a un receptor específico, a un nuevo lenguaje  o a un nuevo contexto. 
TRADUCCIÓN:
En esta instancia se trata de equiparar en la tarea, dos estadíos diferenciados (texto base/texto meta). Ambos tienen particularidades que deben ser compensadas tanto en un plano como en el otro. El texto es un entramado cultural que debe respetarse tanto como se pueda entre el original y la versión que se intenta reconstruír. Aquí se tendrán siempre en cuenta, los significados adicionales que pueda tener el documento meta.