martes, 16 de junio de 2015

Lo encontré!!!!!!! Versión en PDF del "Misterio del cuarto amarillo"

Alumnos: buscando en algunos Blogs que frecuento, encontré uno que ofrecía el enlace de Libros dot de la novela de Gastón Leuroux.....Ahora sí...a Leerrr!!!!!!

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqV1RWNmdoc1BLTWM/view?usp=sharing

lunes, 25 de mayo de 2015

Textos para argumentación básica...

Alumnos: estos son algunos textos que podemos considerar para practicar un análisis básico de esta tipología textual....
Actividades.  Lectura - Identificación de las partes que componen la organización textual - Reconocimiento de la tesis (implícita o explícita) - Identificación de los recursos....Conclusión . 

La noche triste de Tinelli           - Diario Perfil 17/05/2015
Por Beatriz Sarlo | Los tres presidenciables invitados dieron cierta pena en el principal show televisivo del país. El pobre rol asignado a sus mujeres.
El programa de Tinelli es producto de dos factores combinados: por un lado, la estética y la ideología de la televisión más mercado céntrica de la Argentina (el rating es nuestro dios y nuestro rey); por el otro, tres candidatos a presidente que decidieron ser parte de las mercancías ofertadas en esa vidriera.
El negocio de Tinelli es clarísimo.Tiene un guiño del kirchnerismo para comenzar su programa con una parodia de las cadenas nacionales de Cristina. Tal permiso sobreentendido lo pagó con sus declaraciones a PERFIL de que ella es una gran mujer y una muy buena presidenta, palabras que, a su vez, retribuyen lo acordado con el Hijo Máximo sobre la AFA y otras candentes cuestiones del deporte para todos y todas.
Tinelli es tan importante como para sentarse en la mesa del poder. Será un Cristóbal López de los años que vienen; un adivino de los meganegocios quizá prevea que el conflicto con el canal de la “corpo” pueda entrar en período de negociación. Cristina aprendió que “Alica alicate” le dio el triunfo a De Narváez en 2009.
Pero la cuestión no es el chancho sino quien le da de comer. Es decir, quienes se convierten en alimento de la insomne máquina tinelliana. Scioli, Macri y Massa aceptaron inaugurar el “Bailando 2015”. Ellos creyeron, probablemente con la cínica verdad de los hechos inevitables, que abrazarse con Tinelli y obtener treinta puntos de rating era una oportunidad que no debía perderse. Sobre todo, no podían permitir que estuviera allí alguno de sus competidores mientras uno u otro se quedaba en su casa como un marmota. Significaba dar demasiada ventaja a quienes barrieran el piso del estudio con la gracia de sus esposas.
La alternativa era que se pactara que ninguno iría a lo de Tinelli. Pero ese pacto era peligroso, porque a último momento alguno de los firmantes podía traicionar y aparecer en el programa. Era peligroso también porque abría la posibilidad de una venganza del conductor (sea la que fuera). Por otra parte, ni Scioli, ni Macri ni Massa son peces nuevos en el estanque de la telepolítica, es decir que no cambiaron de atmósfera.
Fieles a sí mismos. Los candidatos tuvieron intervenciones diferentes. Scioli fue idéntico a sí mismo. Macri entonó un himno a la felicidad, dando una prueba más de que es flojo de oratoria y repetitivo cuando quiere interpelar la imaginación. Massa, quizás ansioso por cómo le está yendo en el FR, fue quien más forzó el espectáculo hacia el lado político.
Lo más triste que ofrecieron los candidatos fueron sus propias mujeres, que estaban en el lugar tradicional y reaccionario: simpáticas sonrisas iluminando la banalidad. Respondieron como si estuvieran tomando un trago con sus amigas y así nos enteramos de que Macri sigue diciéndole a Awada “negrita hechicera”, como lo tuiteó hasta el cansancio cuando se casaron; que ni Scioli ni Massa son muy románticos, e informaron sobre la cota de fogosidad entre las virtudes matrimoniales de cada uno. Quien más perdió fue Malena Galmarini, la mujer de Massa, que gusten o no sus posiciones, puede hablar de política y no sólo hacer revelaciones dignas de un programa de la tarde. La que más conservó su estilo fue Karina Rabolini, porque habló y “confesó” menos. En fin, sus maridos las colgaron de la ganchera de la carnicería.
Que los candidatos hayan bailado y se hayan zarandeado no es sino un capítulo más del apogeo de la danza al que también contribuye la Presidenta. También habrían estado cómodos en los vetustos programas de Roberto Galán. Todo sea por el poder y la gloria.
No es esperable un debate profundo entre estos tres sujetos de la política. Ya los hemos escuchado: prefieren el monólogo a la polémica. Ni Scioli ni Macri son oradores normalmente dotados; por reiteración mediática, nos hemos acostumbrado a sus respectivas albóndigas de lugares comunes. Y Massa compite mal con quienes le van a tirar a la cara los “logros” de sus gestiones o su pasado kirchnerista.
Los tres eligieron mostrarse por separado, como ya es un formato que el periodismo político volvió costumbre: nadie dialoga con nadie, cada uno emite su monólogo en solitario, como si fueran prisioneros en la torre de sus respectivas campañas o en la mesa que ocupan dentro de la escenografía de un canal de noticias. Van a tener que trabajar a destajo los productores de televisión que desean un debate presidencial. Los políticos argentinos hablan mucho de diálogo, pero sentarse a compartir el plano les parece cosa del diablo. Por otra parte, como observó Margarita Stolbizer, la concentración en esas tres figuras inclina la mesa hacia el lado de los grandes jugadores.
La noche del lunes fue triste, y me atrevería a decir que no tiene mucha competencia por el podio de la degradación política.
 Superclásico - QEPD -
El fútbol argentino ya estaba muerto. El jueves en la Bombonera apenas le pusieron la lápida.
Escribe Andrés Eliceche – Perfil 16/05/2015
Estaba muerto desde que los dirigentes de los clubes (ponga aquí el lector el nombre que quiera: Boca, River, Almirante Brown, da igual) se aliaron con los delincuentes. Les pareció fenómeno valerse de ellos para ganar elecciones primero, vigilar en la tribuna a los que cantaban en contra después, cederles entradas para reventa más tarde y hasta darles licencia para matar, si era necesario. Y abandonar a los socios, resignados a pagar caro (los que podían) un espectáculo que no les daba siquiera un baño decente para hacer pis.
Estaba muerto desde que Julio Grondona empezó a aplicar una sola ley para todo lo que pasaba: la del todo pasa. Y entonces, su táctica de prestar dinero y que los clubes le deban fue su plan perfecto hacia la perpetuidad. Y nos enfermamos de grondonitis: el que sacaba los pies del plato iba al rincón. Nadie se oponía. Y Grondona se rio siempre de los reglamentos, dejó que la violencia reinara en los estadios y evitó los castigos deportivos a los que hacían las cosas mal. Permitió que se desbarrancara absolutamente todo: más de doscientas cadáveres se amontonaron en las canchas en los 35 años que presidió la AFA.
Estaba muerto desde que el Estado se hizo cómplice de lo peor. Y las leyes creadas ad hoc no se aplicaron, y la policía creyó que maltratar al espectador era genial, y los gobernantes aparecieron puntuales después de cada desastre para anunciar que todo iba a cambiar, aunque ni ellos mismos se creyeran la mentira. Y permitieron el desarrollo meteórico de una nueva profesión, un reaseguro para hacerse millonarios unos y otros: la de los barrabravas. ¿De qué trabaja, señor? Yo soy comerciante. ¿Y usted, que anda en auto importado? Barrabrava.
Estaba muerto desde que los hinchas supuestamente civilizados se tomaron a pecho eso de que a la cancha iban “a sacarse la bronca de la semana”. Y los cantos se orientaron hacia lo lindo que sería matar al otro, y qué bueno que el alambrado esté cerca así me arrimo y escupo al rival, y festejo más la entrada de los barras a la tribuna que la de mi equipo a la cancha, y puteo sin parar de principio a fin, y qué tontos los que no hacen lo mismo. La estupidez se contagia más rápido que la inteligencia.
Estaba muerto desde que la hombría bien entendida dejó de ser un valor entre los futbolistas. Hace medio siglo, y menos también, estaba mal visto el jugador que no se paraba rápido después de un foul. Hoy esa ecuación se invirtió. Y el vigilantismo cunde: todos corren hacia el árbitro a pedir tarjeta, penal, córner, off-side, lo que sea. Y la solidaridad entre ellos se fue al descenso; las patéticas actitudes de Orion y compañía en el clásico son apenas un ejemplo. El último, pero ni siquiera el más importante. Probablemente hubiese pasado lo mismo al revés.
Estaba muerto desde que los periodistas no supimos, no quisimos, o las dos cosas juntas, entender nuestro deber. Permitimos que nos estigmatizaran como “periodistas deportivos” porque nos costó sacarnos los botines y analizar los fenómenos que atravesaban la materia desde una mirada integral. Como esos malos comentaristas de partidos, nos perdimos detrás de la pelota. Veíamos solo la anécdota del gol, nos creímos que estaba bien discutir a los gritos si tenía que jugar tal o cual. No cuestionamos, no interpelamos, no preguntamos. No ayudamos en nada a bajar la histeria que se apoderó enteramente de eso que decimos amar tanto.
El jueves en la Bombonera apenas le pusieron la lápida. Pero el fútbol argentino ya estaba muerto.
(*) Sub Editor de Deportes – Diario PERFIL
Esta nota fue publicada en la Edición Impresa del Diario PERFIL

 Por qué los libros prolongan la vida.
No hace mucho me entretenía imaginándome a aquellos progenitores nuestros que hablaban de sus esclavos adiestrados en trazar caracteres cuneiformes como si fueran modernos computers. Me entretenía pero no bromeaba. Cuando hoy leemos artículos preocupados por el porvenir de la inteligencia humana frente a nuevas máquinas que se aprestan a sustituir nuestra memoria, advertimos un aire de familia. […]
La misma reacción de terror debe de haber sentido quien vio por primera vez una rueda. Habrá pensado que nos olvidaríamos de caminar. Acaso los hombres de aquel tiempo estaban más dotados que nosotros para realizar maratones en los desiertos y en las estepas, pero morían antes y hoy serían dados de baja en el primer distrito militar. Con esto no quiero decir que, por esa razón, no nos debamos preocupar de nada y que tendremos una bella y sana humanidad habituada a merendar sobre la hierba de Chernobyl; si acaso, la escritura nos ha hecho más hábiles para comprender cuándo debemos detenernos, y quien no sabe detenerse es analfabeto, aunque vaya en cuatro ruedas. […]
¿Qué hemos ganado? ¿Qué ha ganado el hombre con la invención de la escritura, la imprenta, las memorias electrónicas?
En una ocasión, Valentino Bompiani hizo circular una frase: “Un hombre que lee vale por dos”. Dicha por un editor, podría ser entendida solamente como un eslogan feliz, pero pienso que significa que la escritura (en general, el lenguaje) prolonga la vida. Desde los tiempos en que la especie comenzaba a emitir sus primeros sonidos significativos, las familias y las tribus necesitaron de los viejos.
Quizá primero no servían y eran desechados cuando ya no eran eficaces para la caza. Pero con el lenguaje, los viejos se han convertido en la memoria de la especie: se sentaban en la caverna, alrededor del fuego y contaban lo que había sucedido (o se decía que había sucedido, ésta es la función de los mitos) antes de que los jóvenes hubieran nacido. Antes de que se comenzara a cultivar esta memoria social, el hombre nacía sin experiencia, no tenia tiempo para forjársela y moría. Después un joven de veinte años era como si hubiese vivido cinco mil. Los hechos ocurridos antes de que él naciera, y lo que habían aprendido los ancianos, pasaban a formar parte de su memoria.
Hoy los libros son nuestros viejos. No nos damos cuenta, pero nuestra riqueza respecto del analfabeto (o del que, alfabeto, no lee) consiste en que él está viviendo y vivirá sólo su vida y nosotros hemos vivido muchísimas. […]
Esto podría dar a alguien la impresión de que, no bien nacemos, ya somos insoportablemente ancianos. Pero es más decrépito el analfabeto (de origen o de retorno) que padece de arteriosclerosis desde niño, y no recuerda (porque no sabe) qué ocurrió en los idus de marzo (*)Naturalmente, también podríamos recordar mentiras, pero leer ayuda también a discriminar. No conociendo las culpas de los demás, el analfabeto ni siquiera conoce los propios derechos.
El libro es un seguro de vida, una pequeña anticipación de inmortalidad. Hacia atrás (¡ay!) más que hacia adelante. Pero no se puede tener todo y al instante.
Humberto Eco. La Nación, 1997 (fragmento)
(*) Idus: En el antiguo calendario romano, día que corresponde al 13 de nuestro calendario, excepto en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, en que corresponde al 15. Julio César, el emperador romano, fue asesinado en los idus de marzo.

Enfermos Por Javier Calvo – Edición impresa de Perfil 18/05/2015
Ahora haremos como que nos ponemos serios. Que nos indignamos. Que nos da vergüenza. Que nos escandalizamos. Que pedimos perdón. Que nos hacemos responsables. Con honestidad o con impostura, esa reacción apenas funcionará como una excusa políticamente correcta para que nada cambie. Y expiar así lo enfermos que estamos.
Acá no hay grieta que valga. La trampa y el salvajismo nos atraviesan horizontal y verticalmente, más allá de ideologías, de intereses políticos y económicos, de diferencias sociales y educativas, de colores futbolísticos.
Lo que ocurrió en Boca es una metáfora argentina. Delincuentes con licencia para moverse con impunidad, llamados barrabravas. Dirigentes venales que los prohijan y los usan. Hinchas violentos y descontrolados. Fuerzas de seguridad ineficientes, complacientes o sospechadas. Funcionarios irresponsables. Jugadores poco solidarios. Periodistas interesados.
Ninguno viene/venimos de Marte. Son/somos expresión de una sociedad cada vez más hipócrita, desvergonzada, tramposa, enferma. Y los males sociales endémicos no tienen antídotos milagrosos. Lo que es peor aún y más frustrante: no tienen cura y sólo pueden agravarse.
 ¿Y cuál es tu ética?
Por Sergio Sinay para La Nación – 17/05/2015
A menudo  nos quejamos de cómo vivimos. La velocidad, la falta de tiempo, la ansiedad, las presiones, la urgencia, en fin, la lista de motivos es larga e incluso puede ser personalizada. Podríamos detener la noria de la queja con una pregunta: ¿cómo deberíamos vivir? Aunque no lo parezca, tras la pregunta asoma la moral. Porque la moral trata de eso, de cómo deberíamos vivir. Claro que va más allá de las simples costumbres cotidianas y de los hábitos, aunque los incluye a ambos. Alude a valores. Y los valores no son sino reglas que hemos aceptado, tácitamente y a través de la educación formal y familiar, para convivir. Sin ellos acaso la humanidad hubiera tenido una historia muy corta. Si nos matamos por cualquier cosa, la vida no vale nada, entonces convertimos la vida en valor a respetar. Si todos mentimos, no hay verdad que resista, de manera que la convertimos en un valor a honrar. Si todos robamos, nadie tendrá nada, así que hacemos de la honestidad un valor. Y así con la larga lista de valores en la que coincidimos.
Decía Glauco, personaje de la República, uno de los extraordinarios diálogos con los que Platón contribuyó a cimentar el pensamiento occidental, que, en definitiva, actuamos moralmente porque nos conviene y no porque la moralidad venga en nosotros. Esto es un tema de vasta y larga discusión en la que participan y han participado otros grandes, como Immanuel Kant, quien veía en la moral casi una consecuencia obligatoria de la razón. Si somos humanos y aplicamos la razón, atributo que nos eleva por sobre otras especies, deberíamos actuar moral y libremente. No hay árbitro afuera de nosotros, decía. Cada quien debe actuar como quisiera que todos lo hagan y sólo robar, matar o mentir si está dispuesto a que eso se convierta en ley universal. No es una cuestión de sentimientos, sino de razón, afirmaba el filósofo alemán. Y nadie puede decir que no entiende esto. Quien sigue los dictados de la razón y actúa de un modo moral no debe esperar recompensa, añadía el autor de Crítica de la razón práctica, porque el premio de una acción moral está en la misma acción. En esa línea toda persona debe ser tratada como un fin en sí mismo y no como un medio. En síntesis, elegimos ser morales.
Hasta aquí la moral. ¿Y la ética? ¿Son sinónimos? Hay quienes dicen que sí y quienes las diferencian. Así como la moral dice qué debemos hacer, la ética vendría a dar cuenta de qué elegimos hacer. Y está bastante claro a la luz de nuestras experiencias cotidianas que no siempre y no todos hacen lo que se debe, sino lo que conviene. Es decir que las prioridades personales en materia de conducta con frecuencia suelen dejar de lado la moral. Por esta razón no alcanza con invocar una ética para certificar que un acto, una conducta o una actitud son morales. De hecho hay éticas diferentes. Los delincuentes tienen la propia (en ella robar está bien visto), los futbolistas la suya (un codazo en el ojo a un adversario o la simulación de una falta dan patente de vivo), igual en la política (donde hay quienes dicen que sin platita no se puede militar), etcétera. Esto por nombrar sólo algunas de las muchas éticas (se les suele llamar códigos) en las que se elige al margen de lo que se debe. Luego, por supuesto, podrían enumerarse otras visiones éticas que se guían por los valores morales que, como tales, van más allá de los tiempos y las geografías.
Si se observa con atención, se verá que muchas veces las quejas acerca de los ritmos y los modos de la vida que llevamos tienen relación con las grietas que se abren entre ética y moral. Y que nadie puede contribuir a cerrar si no es cada uno con sus actos, sus elecciones, sus decisiones y sus conductas. La puerta de la moral se abre desde adentro.


martes, 12 de mayo de 2015

Próxima lectura literaria... Novela: "¿Quién mató a Palomino Molero?

Alumnos: este título y otro están anunciados para la compra en la Librería o para la lectura desde el mes de Abril pasado...Si no llegaran a conseguirlos; estos son los enlaces para ir leyendo a través de la PC...

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqY0RvVlA4cmNCY2s/view?usp=sharing

Este es para la novela "¿Quién mató a Palomino Molero?" de Mario Vargas Llosa.

miércoles, 15 de abril de 2015

Cuentos para leer!!!!!

Alumnos: estos son los enlaces de los dos cuentos que deben leer para el próximo 5/05. El primero corresponde a "Asesinato a distancia" y el segundo a "La aventura de las pruebas de imprenta", ambos de Rodolfo Walsh.

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqYV9EMGNnaXBzYXM/view?usp=sharing 

https://drive.google.com/file/d/0ByiEE-inF8pqdUVTY3pILVlqRUU/view?usp=sharing

Nota: para leer deben seleccionar el enlace y copiar en una pestaña nueva. Saludos...

martes, 7 de abril de 2015

Textos para trabajar enunciación!!!!!

Alumnos: este es el material para aplicar al teórico de enunciación que expliqué en clases y amplié en la etiqueta anterior. La actividad es la siguiente:
* Elegir 2 (dos) de los textos propuestos y marcar la deixis que dé cuenta del análisis de los elementos de enunciación (huellas del enunciador y enunciatario)

México 17-3-84
  Me acordé tanto de ti, de tu amistad y cariño, me sentí sola y lloré porque ya no estás, no me explico, pero hay un vacío tan grande como tú. Sin saberlo, siempre me sentí apoyada porque existías y podía escribirte o hablarte y tú estabas ahí, dispuesto a darme la mano y animarme. Ahora que no estás, Julio, no tengo otro amigo como tú y me siento sola, sé que seguiré adelante pero con algo que falta dentro de mí. Con Claribel, el día siguiente que moriste, decíamos que las dos seguiríamos adelante por ti, creo que sí, lo que tengo que pensar es que en cualquier momento te encontraré y tendré que contarte lo que he hecho y entonces tú me dirás: muy bien chilenita.                                                                                                                                                                                                                                              Carmen Waugh*
*Artista chilena y galerista de ese país. Muy amiga de Julio Cortázar. Esta carta la escribe con motivo de la muerte del escritor._________________________________________________________________________________________________________________
 Les Luthiers es un conjunto músico-actoral , para uno de sus sketches crearon “Fragmento de un drama” con indicación de actos y cuadros. Un noble recurre a un juglar para que le cante a su dama, María, su gran amor. El noble habla y el juglar repite cantando:


R: Por ser fuente de dulzura
J: Por ser fuente de dulzura
R: Por ser de rosas un ramo
J: Por ser de rosas un ramo
R: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
J: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo
(breves palabras del Rey al Juglar, en voz baja)
J: Oh María, él la ama.
R: Ámame como yo te amo a ti,
J: Ámelo como él la ama a Usted,
R: Y los demás envidiaran nuestro amor,
J: Mmm... todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes
R: Oh mi amor, María mía,
J: Oh su amor, María suya,
R: Mi brillante, mi rubí
J: Su brillante surubí,
R: Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí,
J: Su canción, su poesía, nunca se olvide de su
R: Tú estas encima de todas las cosas, mi vida
J: Usted esta encima de todas las cosas subida
R: Eres mi sana alegría,
J: Usted es Susana, eh, María, alegría
R: Mi amor,
J: Su amor,
R: Mi tesoro
J: Su tesoro,
_______________________________________________________

J: Súmame ... Súmelo
R: Tanto tú te me metes en lo mas hondo de mí
J: Tanto Usted...
R: que ya no sé si soy de mí o si soy de ti
J: Tanto Usted...
R: Si tú me amaras a mí amarías en mí aquello que amamos nosotros
J: Tanto Usted....
R: y envidiáis vosotros y ellos...
J: .... ¡Ámelo!
R: Cuando miras con desdén,
J: Cuando mira con desdén,
R: Pareces fría, sujeta,
J: Parece fría, su... , su cara,
R: Por ser tan grandes tus dones, no caben en mí, mi bien,
J: Por ser tan grandes sus dones, no caben en su sutién
R: ¡No! ¡No!
J: ¡No! ¡No!
R: Tunante,
J: Sunante,
R: Miserable,
J: Suserable,
R: ¡Guardias, a mí!
J: ¡Guardias, a él!

(Los guardias se llevan al Rey entre medio de sus protestas)


Nota Editorial “Empiecen a Correr”, Vecinos de Asambleas Barriales de La Poderosa, Revista  La Garganta, Nº 3,  Marzo de 2011.
La irrigación inagotable de su sangre, debería ponerlos colorados. Pero no, ni siquiera. Unos dicen que hacen memoria con la Carrera de Miguel, para no decir que hacen agua con los Derechos Humanos. Y otros dicen que conviene bajar el puño, para no decir que los avergüenza levantar el suyo, tan aferrado al recibo de sueldo. Suficiente. Ya nos intoxicaron demasiado con la compraventa de humo, pirateando la izquierda, siempre embarcados en las viciosas ambiciones de sus ilimitadas limitaciones, para naufragar sobre sus terribles miedos. Basta, cagones: devuelvan a Miguel y empiecen a correr.
Cada año, cada día, cada 24 de Marzo, La Poderosa elige la hermosa responsabilidad de bregar por la memoria, con la fuerza, la creatividad, la conciencia y la pasión de un tipo que corrió por una causa, hasta desaparecer. No se fue un día a trabajar y se esfumó, Miguel Sanchez. No, ni esa delicadeza tuvo la historia (…)
¿Cuánto tiempo esperarías a ese que lucha, se cae y se levanta, por la misma causa que vos? Precisamente ese, es Miguel. Ni una remera, ni una marcha, ni un lavadero de culpas, ni una producción periodística: un hombre que desapareció de pie, para no aparecer de rodillas, como tantos que hoy intentan tomar su voz. Por eso, no vamos a permitir que Macri, ni nadie a contramano del pueblo, se adjudique su carrera el próximo 27 de marzo. No sólo vamos a coparla: vamos a llevar su mensaje, como el año último, para que el mundo “vea, qué cosa más fulera, qué mal hacés memoria, mejor hacé veredas”. (…)


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pase de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con el infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
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Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra...

Letra de Maria Elena Walsh – “Como la cigarra” 

Teoría de la Enunciación

La Teoría de la Enunciación puede definirse, de manera general, como la disciplina que se ocupa de la relación del sujeto con su discurso. El concepto y su aplicación comenzaron a difundirse después de los años ’60. Fue Émile Benveniste (1928-1975) -que comenzó trabajando en  Francia, cuando la lingüística ni siquiera era una materia- quien siguiendo a la escuela de Praga (fundamentalmente a Jakobson) sistematizó la teoría.
Vale aclarar que comunicar y enunciar son actos de lenguaje diferentes: las máquinas PC comunican frecuentemente, reciben y esperan respuestas. Pero un acto de enunciación es algo bien distinto. Es una función discursiva en la que el sujeto y sus circunstancias están inscriptos y esto la vuelve necesariamente  una producción intersubjetiva y plural.
Hablar de lengua o discurso son cosas bien distintas. Aquel que estudia la lengua busca aquellos elementos invariantes que sirven para describir su especificidad dentro de un sistema. El que estudia la enunciación busca, en cambio, dar cuenta de la localización del sujeto en el discurso. Desde esta perspectiva, entonces, la subjetividad ya no será considerada como un obstáculo analítico sino como una instancia inscripta en el discurso implícita o explícitamente, a través de las marcas que el mismo hablante ha dejado: los deícticos[1] y otros elementos (adjetivos y adverbios, por ejemplo) que ofician de indicaciones del sujeto de la enunciación en el enunciado.
Tal como la define Émile Benveniste:
La enunciación es este poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización (...) es el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado lo que es nuestro objeto. Este acto se debe al locutor que moviliza la lengua por su cuenta (...) Debe considerársela como hecho del locutor, que toma la lengua por instrumento y en los caracteres lingüísticos que marcan esta relación (Benveniste, 2004: 83).
Entre los elementos constitutivos del aparato formal de la enunciación (Benveniste, 2004: 82) se encuentran el enunciador y el enunciatario (correlatos de lo que en otros paradigmas corresponden a locutor y alocutario). A partir de estas figuras se organiza todo el sistema de reenvíos indiciales que, desde el presente de la enunciación, valiéndose de los pronombres de primera y segunda persona, algunos pronombres demostrativos y adverbios dan cuenta de la localización espacio temporal de los interlocutores. Advirtamos que la tercera persona no es, en rigor, considerada persona: es la que corresponde a la de las entidades que se presentan como no susceptibles de asumir un enunciado, de hacerse cargo de un acto de enunciación. Entre esta posición y las de enunciador y co-enunciador, la relación es de “ruptura”: la no-persona no se encuentra en un mismo plano.
Los deícticos tienen existencia en relación con el aquí y ahora del discurso, por su poder de precisar la referencia actual del sujeto a la persona (yo, tú), al espacio (allí, arriba, enfrente) y al tiempo (hoy, mañana, después). Esto explica una de sus propiedades principales: no tienen significación fuera del discurso.
El siguiente cuadro de doble entrada muestra las diferencias entre lengua y discurso, a través de la función de la deixis de persona:

Discurso
Lengua
yo / tú
él
Índices de persona
No-persona
Instancias de interlocución
Se conmuta con cualquier referencia de objeto de discurso
Designan a locutor y alocutario en tanto personas discursivas
Puede referir tanto a una persona como a una cosa o animal
No admiten permutación sin que esto acarree transformaciones sintácticas ( lees el libro,
Juan lee el libro)
Admite permutación sin transformaciones sintácticas (Él lee el libro, Juan lee el libro)
Siempre en contacto: yo habla a
Se habla de él, no a él
Se implican necesariamente
Puede no estar. No es obligatorio
Roles activos en la interacción
Rol pasivo en la interacción
Supone la reversibilidad de la interacción
No da respuesta
Dependen del acto individual de enunciación que las constituye
Tiene un referente que no depende de la enunciación
Remiten reflexivamente al discurso
No remite reflexivamente al discurso
De yo / tú dependen otros pronombres personales (nosotros / vosotros; me / te / nos / os; mí / ti) y posesivos (mío / tuyo / nuestro / vuestro) y adjetivos posesivos (mi, tu).
De él dependen otros pronombres: ellos/ lo(s) / le(s) / se / sí / consigo / suyo

La segunda vertiente de la Teoría de la Enunciación es la que se ocupa de las modalidades del decir.
Émile Benveniste, en su consideración de la subjetividad en el lenguaje, contempló el problema de la modalidad del enunciado al referirse a las distintas formas de la aserción, la interrogación, la intimación,los modos de cortesía, la comunicación fática  (2004: 82-91). Benveniste trató este “aparato de funciones” de manera general, como aquello de lo que se sirve el enunciador para influir sobre el comportamiento del enunciatario o para acentuar la relación discursiva entre ambos.
Cerrado. Prohibido pasar; Se ruega no pasar; No pase; Es preciso que ud. salga; Márchese de aquí; ¡Fuera!; ¡Chst...!; Mímica; Expulsión física.
Llamamos modalización a la relación entre los interlocutores y su enunciado. El sujeto, con su punto de vista, su visión del mundo, su posicionamiento ideológico, está siempre tras los bastidores de la enunciación.
TIPOS DE MODALIDADES
Siguiendo a Maingueneau (1980) vamos a distinguir tres grupos de modalidades, según se ponga el acento en: a) la relación del enunciador con el enunciatario; b) la relación del enunciador con el enunciado mismo y c) la relación del enunciador con el referente:
a) Modalidades de la enunciación: establecen el vínculo entre enunciador y enunciatario.
b) Modalidades del enunciado: caracterizan la relación que el enunciador establece con su propio enunciado. Se dividen en modalidades lógicas y apreciativas.
Marcadores de modalidades lógicas
Marcadores de modalidades apreciativas
Por cierto, efectivamente, sin duda, por supuesto, evidentemente, etc.
Felizmente, lamentablemente, por fortuna, desastroso, genial, etc.

Ahora bien, cuando tratamos con discursos formados por materias significantes no lingüísticas o heterogéneas (sonoros, visuales, audiovisuales) es común el uso del sonido, la iluminación, el color, el trabajo de la cámara, el montaje, las re-contextualizaciones, los inserts, las deformaciones de las imágenes como fundidos, los ralentí (recordemos las famosas muchachas en cámara lenta, convertidas ya un lugar común de la publicidad y tan frecuentemente aludido incluso de manera autorreferencial), entre otros recursos que colaboran en la construcción de discursos modalizados.
3) Modalidades del mensaje: La modalización queda, en este caso, a cargo de las transformaciones sintácticas tales como: a) las operaciones de tematización (tópico /comentario o tema / rema) y b) pasivización (localización de sujeto y agente).
Tematización
Este tipo de operaciones son muy frecuentes en los periódicos que logran de este modo, abordar el mismo asunto focalizando o mitigando el tema, provocando diferentes efectos de sentido. Consideremos los siguientes ejemplos:
y

Las operaciones de pasivización se vinculan directamente con esta problemática, en la medida en que la transformación pasiva desplaza al sujeto a una posición secundaria y coloca al objeto como agente. En general, es común ver que las noticias referidas a violaciones y abusos coloquen a la víctima en posición pasiva:
Villa Pueyrredón: abusaron de una chica cuando iba al colegio
Una estudiante secundaria fue abusada sexualmente en proximidades de la estación de trenes del barrio porteño de Villa Pueyrredón, por un hombre que la amenazó con un cuchillo, según informaron fuentes policiales. (Clarin.com 6/5/11)
La Ciudad deberá pagarle $78.000 a mujer violada en el Hospital Durand
La sentencia de la Cámara Civil beneficia a una empleada doméstica que fue abusada por un enfermero, ya condenado en un proceso anterior, cuando se encontraba internada en el centro de salud situado en Caballito (infobae.com, 27/1/2010)
            Muy distinto sería si la noticia colocara a las protagonistas en un rol activo, como sujetos de denuncia, reclamo o reconocimiento: Una estudiante secundaria acusó..., una empleada doméstica denunció..., etc.



[1] El término deixis proviene del griego deiknúo o deiknumi, que significa indicar, mostrar, señalar. Fuente: "Una punta sobre enunciación" Bitonte-Griguello. Semiotica. UBA.4/14
Estimados alumnos:
                                 en este nuevo año que se inicia, les doy la bienvenida como nuevo grupo de estudio. Deseo que este medio nos sea útil para potenciar el conocimiento, agilizar la comunicación y ampliar la explicación de clases. Les deseo éxitos para el ciclo lectivo que cursaremos juntos....