martes, 11 de junio de 2019

Y uno más!!!!

Señores Senadores y Diputados:
 Inicio mi presidencia en das difíciles ; pero vengo por el camino recto, trayendo en mis manos credenciales extendidas por la gran mayoría de la Nación, que no arrojar sobre mis hombros solos la tarea del Gobierno que acaba de constituir. Fortalecido por el sentimiento de la propia conciencia y por el apoyo de mis conciudadanos, guiado por vuestras sabias leyes, puedo afirmaros que el crédito de la Nación no decaer durante mi administración y que no mancillar su honor con mis actos. Todos los argentinos aprendemos desde la infancia que el pabellón de la Patria debe mantenerse nítido y puro como el sol que ostenta entre sus blancas y azuladas fajas; y al ponerme desde posición tan elevada en presencia de mis contemporáneos, no puedo olvidar que ellos saben que me encuentro yo sentado donde Rivadavia y Sarmiento se sentaron.
Los pueblos necesitan aprovechar sus experiencias dolorosas. Hemos aprendido en esta vez, por el propio ejemplo, que los resortes de compresión puestos en las manos de los Gobiernos no pueden ser sistemáticamente abandonados sin poner la sociedad en peligro; que debemos dejar las opiniones erigir plenamente sus tribunas y fundar sus diarios; pero que no puede consentirse que el motín y la insurrección busquen sus sectarios la luz del da, porque los pueblos libres al admitir la discusión, al consagrar el voto, han excluido las contiendas por medio de las violencias y de las armas. Tendremos pronto, señores Senadores, señores Diputados, otro espectáculo : el espectáculo de la vida normal, que proseguir su curso marcando cada da con un nuevo adelanto. Continuaremos contando los kilómetros de las vías férreas, los vapores y los millares de hombres que, llegan nuestros puertos ; extenderemos las líneas telegráficas por las fronteras lejanas, que han podido encubrir motines de cuartel porque las hemos dejado fuera de nuestra inspección cotidiana. Los sabios que trabajan bajo los auspicios de la Nación avanzaran en sus maravillosos relatos, narrando lo que se encuentra en nuestros cielos y tierras igualmente inexplorados, como acaba de hacerlo Mr. Gould ante la ciudad de Boston, la Atenas americana; al mismo tiempo que nos reuniremos nuevamente en este recinto para concertar con patriotismo y con elevación generosa de espíritu, los medios más adecuados fin de restituir la tranquilidad y el orden normal nuestros pueblos agitados por las conmociones electorales y por los acontecimientos presentes.
Señores Senadores: Señores Diputados : Pido Dios para vosotros el acierto, que es el don supremo de los Legisladores ; para mí, firmeza y prudencia como ejecutor de la Constitución y de vuestras leyes. Pídole para nuestro país los auxilios de su Providencia, que suele veces experimentar y afligir con tribulaciones los pueblos, para sacar después del dolor transitorio, bienes duraderos. He dicho. Buenos Aires, 12 de Octubre de 1874.

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